LAS EMPRESAS TECNOLÓGICAS Y LOS DERECHOS DE TRANSFERENCIA LABORAL

ºWilliam Zavaleta Huaccha

Una singular noticia se propalaba por estos días en los medios de comunicación internacional, referidos al rechazo de La juez del distrito de San José, el corazón de Silicon Valley, Lucy Koh, de la oferta de 324 millones de dólares  (242 millones de euros) que pactaron las empresas tecnológicas (Apple, Intel, Adobe y Google), para compensar a sus empleados por el acuerdo que limitaba la movilidad laboral de sus Talentos.

Llama la atención, pues una economía como la del presente, cuya generación de valor se fundamenta en la generación,  innovación y aplicación de conocimientos por parte de los profesionales y técnicos,  requiere recrear condiciones para la multiplicación del mismo. Talentos altamente motivados, con un rotación “natural” que permita procesar experiencias en diferentes sectores, lograrán generar mas valor y por ende mas economía.

Iniciativas como la mencionada que buscan retener por “vías artificiales” la movilidad de las capacidades de los empleados, así como subvalorar económicamente las mismas, no se corresponden con una gestión del capital intelectual de los profesionales, que se inscriban en los criterios de la economía del conocimiento.

Situación similar a la problemática que enfrentan Apple, Intel, Adobe y Google en la gestión del capital intelectual de sus Talentos, se presentó el 2012 cuando los empleados de Pixar, LucasArts e Intuit, dedicadas a la animación, denunciaron una situación similar; lo que evidencia una problemática de primer orden en las empresas de todos los sectores, en el presente siglo.

La movilidad de los Talentos, en si deja de ser un problema y se convierte en un activo para la empresa y el profesional, cuando se asume el enfoque que reconoce que la Transferencia de un Profesional de una empresa a otra, representa una Transferencia de Valor, la misma que se debe transar mediante la propuesta que he denominado Derechos de Transferencia Laboral.

Los  Derechos de Transferencia Laboral (DTL), viene hacer la retribución económica de la institución o empresa receptora laboral de un profesional, a la institución o empresa transferidora, por el prestigio, la formación, adquisición y desarrollo de competencias asimiladas por el profesional durante su estadía laboral en la institución o empresa que transfiere. Esta se fundamenta en la medición económica del capital intelectual de un profesional, el balance de competencias y los derechos de transferencia de jugadores (Ver investigación Derechos de Transferencia Laboral del 2009).


Visto desde este ángulo, la preocupación de las empresas tecnológicas por la demanda colectiva de 64,000 empleados, que piden 3,000 millones de dólares de indenmización, se pudo transformar fácilmente en ingresos potenciales de miles de millones de dólares para las empresas tecnológicas y sus Talentos.

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Derechos de Transferencia Laboral por William Fernando Zavaleta Huaccha se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución 3.0 Unported.

Una juez rechaza el acuerdo entre las tecnológicas para no robarse empleados

La demanda colectiva de ingenieros reclama a Apple, Google, Adobe e Intel una compensación de 3.000 millones de dólares

Diario El País de España

La excusa era frenar la escalada de sueldos, cada vez mayores. La realidad, una estrategia de Steve Jobs que ha trascendido a su vida, para evitar que los empleados de Intel, Google, Adobe y Apple se cambiasen a alguna de estas empresas. La juez del distrito de San José, el corazón de Silicon Valley, Lucy Koh, ha rechazado la oferta de 324 millones de dólares  (242 millones de euros) que pactaron las empresas para compensarlos.

El caso comenzó en 2011 con una demanda colectiva por parte de los empleados, un total de 64.000, en la que acusaban a las cuatro empresas de evitar hacerse con los ingenieros de alguna de las firmas involucradas. Según la juez, la cifra, ofrecida en el mes de mayo, está por debajo de lo razonable.

El acuerdo entre Apple, Intel, Adobe y Google no solo limitaba la movilidad laboral de sus talentos, como tanto les gusta referirse aquí a los empleados, sino también les imponía de forma implícita un tope salarial. La lógica de las empresas implicadas es que si los trabajadores no cambiaban de compañía, tampoco tendrían que afrontar grandes aumentos, ni internos para evitar la fuga, ni en nuevas contrataciones. En 2012 los empleados de Pixar, LucasArts e Intuit, dedicadas a la animación, denunciaron una situación similar.

La demanda colectiva pide 3.000 millones de dólares (2.241 millones de euros) para compensar el dinero que dejaron de embolsarse por su trabajo. Si durante el juicio se llegase a demostrar, como ha dejado caer la defensa, que se trata de una práctica de monopolio, la cifra podría llegar a los 9.000 millones de dólares (6.723 millones de euros). Las estimaciones de la defensa argumentan que, de no existir el plan de Google, Apple, Adobe e Intel, sus sueldos serían un 25% superiores. De las cuatro empresas, solo Intel se ha pronunciado al respecto: “Lamentamos que la corte haya rechazado nuestra propuesta que evitaría una larga negociación de meses”.

El escándalo va más allá del juzgado, evidencia especialmente el poder de Apple y Google y deja al descubierto los peores rasgos del carácter de Steve Jobs. El caso utiliza como prueba un intercambio de correos entre el propio fundador de Apple y el exconsejero delegado de Google, Eric Schmidt. En las misivas se evidencia un acuerdo tácito para no tocar ni tentar a ninguno de los ingenieros. Schmidt se disculpa y le asegura que tomará medidas al respecto.

Jobs responde, a su manera, con una carita sonriente en emoticono, :), al conocer el despido del especialista en recursos humanos que intentó el fichaje. El correo más antiguo data de 2005, es la respuesta de Jobs al intento de Google de contratar en bloque a varios ingenieros: “Si os hacéis con solo uno de ellos, significará la guerra”.

Los abogados de la demanda insisten en que Koh debería aprobar el acuerdo para proteger a los empleados y consideran que se enfrentarían a grandes gastos si siguen adelante. El sentir no es común, una sección de los mismos insisten en que sería mejor crear una mesa de negociación y llegar a un acuerdo económico.

Fabricante de autos eléctricos, compartirá sus patentes

infobae.com

Su idea es acelerar el desarrollo del segmento y surge en momentos donde la industria tecnológica, con Apple y Samsung a la cabeza, mantiene millonarias demandas por licencias

Elon Musk, director general de Tesla, dijo que la empresa compartirá varios cientos de patentes y no demandará al que las use, explicando que las patentes pueden ser una ayuda "modesta" a otras empresas que desarrollan vehículos eléctricos.

Musk agregó que recibió pocas solicitudes de tecnología de rivales, en parte porque las patentes bloqueaban el acceso.
"Tesla Motors fue creada para acelerar la llegada de un transporte sostenible. Si despejamos el camino a la creación de vehículos eléctricos, pero si luego pones minas detrás para inhibir a otros, estaríamos actuando de manera contraria a ese objetivo. Tesla no iniciará demandas por patentes contra cualquiera que, de buena fe, quiera usar nuestra tecnología", dijo la empresa en su blog.

A principios de este año Tesla tenía 203 patentes sobre baterías y otros aspectos clave de los vehículos. La primera patente de Tesla en expirar será en el 2026, de manera que la empresa de Palo Alto, California, está renunciando a una ventaja a largo plazo potencialmente valiosa.

"Creemos que Tesla, otras compañías haciendo autos eléctricos y el mundo se beneficiarán de una tecnología común emergiendo", agregó la empresa, y sentenció: "El liderazgo tecnológico no se define por patentes, que la historia demostró que son una pequeña defensa contra un competidor determinado, sino más bien por la capacidad de una empresa para atraer y motivar a los ingenieros más talentosos del mundo. Creemos que la aplicación de la filosofía de código abierto para nuestras patentes fortalecerá en lugar de disminuir la posición de Tesla en ese sentido".

James Albertine, analista de la firma de inversiones Stifel, dijo que el anuncio indica que Tesla está abierta a la colaboración en momentos que aumenta su producción. 

”Se vive un nuevo capitalismo que es el capitalismo cognitivo, que busca la dependencia de la mente-factura, no ya de la manu-factura”

Entrevista con René Ramírez, Secretario de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación de Ecuador


La planta baja del hotel bulle en un ir y venir de personas de todo tipo. Para alguien recién caído a cualquiera de los butacones de los apartados, la mezcolanza no podría que resultarle como menos sorprendente: trajeados, turistas, secretas, periodistas, europeos, latinos… sobre todo latinos. La amabilidad de Mayra nos da la bienvenida tras sortear unos cuantos policías nacionales mucho más relajados que en otras ocasiones en las que nos hemos tenido que cruzar las miradas. Rafael Correa, nos explica, está al caer.
El día anterior, el presidente de Ecuador había recibido el doctorado Honoris causa de la Universidad de Barcelona y la comitiva se desplazaba a Madrid durante la mañana. Unos minutos de nerviosismo entre el personal preceden a la entrada del presidente en el hall del hotel. Sorprende su entrada, pausada, apenas vigilada, saludando y pasando a nuestro lado como si de un turista se tratara y que buscara el ascensor más cercano. Pero no es él quien nos cita en uno los apartados sino René Ramírez, Secretario de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación, así como Presidente del Consejo de Educación Superior (CES), Presidente de Yachay y Presidente del Consejo de Propiedad Intelectual.
-Nací en Quito, ciudad donde realicé mis estudios superiores como becario de la Universidad San Francisco, institución en la que obtuve el reconocimiento académico Magna Cum Laude, en 1997, al momento de graduarme como Economista. Posteriormente continué mis estudios, gracias a una beca del Gobierno de México, de maestría en Gobierno y Políticas Públicas, título otorgado por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales FLACSO-México. Mi inquietud académica me motivó a obtener un segundo postgrado, por lo que fui becado por FLACSO México y cursé Metodología Cuantitativa en la Universidad de Michigan. A finales de 2005, obtuve mi maestría en Economía del Desarrollo en el Institute of Social Studies de Holanda, estudios que realicé gracias a que obtuve una beca otorgada por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

¿Y que hace un economista dirigiendo la educación en un país como Ecuador?
-Creo que existe una articulación importante que a veces no se puede visualizar como es la separación de la parte educativa de la parte productiva. Nosotros, en Ecuador, tenemos un índice de desarrollo humano alto conseguido con este gobierno. Cuando descompones el índice de desarrollo humano, ves que ese crecimiento, o la causa por la cual hemos conseguido esos niveles, se debe a factores sociales, no al factor económico-productivo. Y ese es un problema que tienen nuestros países, problemas estructurales, que no ha habido una fusión con el patrón de acumulación. Nosotros, como proyecto político de la revolución ciudadana hemos pensado que tenemos que pasar de una economía de recursos finitos, exportador e importador, a una economía de recursos infinitos basada en el conocimiento. Y en ese sentido, el papel articulador del sistema educativo con el sistema productivo pasa por el desarrollo de la ciencia y la tecnología. Entonces, quizás, justamente por eso, la Secretaría que presido y que fue creada por ley en 2010, busca esa articulación y por esos se llama Secretaría de Educación Superior, Ciencia y Tecnología. Y aquí hay que tener claro que la ciencia es objetiva pero no es neutra y eso implica una disputa de economía política. Y quizás por eso también estoy aquí, porque en esa disputa hay que dar la batalla.

Veo una amplia delegación haciendo una gira por Europa buscando colaboración en el área del conocimiento. ¿Cuál es el objetivo?
-Uno de los temas fundamentales para nuestros países es que debemos cerrar las brechas del conocimiento, tenemos que tener clara conciencia que es un trabajo enorme y que no podemos partir desde cero. Por suerte, si es que se maneja bien la normativa y la regulación, en el tema científico y en el tema educativo se puede dar lo que se denomina el emparejamiento tecnológico y cognitivo si es que te articulas con los mejores centros de investigación, con las mejores academias a nivel mundial. Entonces, la gira que hemos hecho por EEUU, por Europa, por Asia, busca ese acercamiento a los mejores centros a nivel mundial con una particularidad: que ese acercamiento debe de estar en el marco de una estrategia de desarrollo del país y en el marco de la integración latinoamericana.

¿Tiene que ver esta gira con los tratados de libre comercio que queréis impulsar?
-No, esa es una discusión que, obviamente, se tiene que articular y que debe hacerse en el tema de propiedades intelectuales. No estamos tratando esos temas con el presidente, estamos articulando con las universidades, centros de investigación… de Europa pero uno de los temas fundamentales que se está tratando, y es una línea roja para el gobierno, es que en qué medida los acuerdos comerciales que se firmaron o que nosotros estamos negociando van en detrimento de la estrategia de desarrollo que tenemos y cuyo centro pasa por el tema del conocimiento y, obviamente, el comercio mundial. Ese comercio se articula a través de la normativa de propiedad intelectual. Si esto fuera en detrimento de esta nueva perspectiva, que no puede ser una propiedad intelectual cerrada, solo la que vaya más allá de lo que en Ecuador en este momento necesita en su desarrollo tardío. Eso sí que sería una línea roja para firmar o no firmar un acuerdo comercial.

¿Hablas de libre comercio en el terreno del conocimiento? ¿Hay algún tipo de cambio en el gobierno ecuatoriano en lo que entendemos como propiedad intelectual? ¿No ha balanceado el gobierno hacia quienes pretenden aprovechar económicamente los grandes recursos naturales en contra de los intereses del sector indigenista, más partidario de la conservación medioambiental y de los derechos de los pueblos ancestrales?
-Creo que no, todo lo contrario. Esa disputa trasciende al propio país, ya que es una disputa, creo yo, de los países del sur que tienen que darse. Actualmente, si uno analiza el momento histórico que vive nuestro mundo, se vive un nuevo capitalismo que es el capitalismo cognitivo, que busca la dependencia de la mente-factura, no ya de la manu-factura. Nuestros países tratan de buscar esa segunda independencia pero no se podrá dar si no existe una emancipación del conocimiento y eso tiene que plasmarse, tiene que pelearse en un marco regulatorio. Nosotros estamos proponiendo en toda la región un código orgánico de economía social del conocimiento, de la capacidad de innovación a través de herramientas, de participación a través de lo que llamamos el wiki-código que está discutiéndose en la página web y que, en diferentes capítulos, la ciudadanía puede participar con artículos o críticas. Pero el objetivo fundamental de este código es romper con la tragedia de los lugares comunes, del hiper-patentamiento, de la privatización del conocimiento que lleva a una sub-utilización. Nosotros lo que intentamos con ese código es recuperar el sentido del conocimiento y dependiendo, eso sí, de lo que nos interesa para nuestro país y para su historia. Por ejemplo, las normas para que no se haga bio-piratería y para que se protejan los saberes ancestrales de nuestros pueblos. Esto pasa a ser un tema fundamental dentro de este código y pasa a ser considerado como un patrimonio intangible del estado y, en el caso de los saberes ancestrales, entran dentro de un mecanismo sui generis que estamos insertando en el código. Eso se concreta después a través de mecanismos específicos normativos que ya andamos negociando con contratos que preservan la propiedad del conocimiento y que se amplía a multiplicidad de propiedades, no solo la privada, también a la mixta, la colectiva, comunitaria…

¿Hay un peligro de involución en la filosofía del buen vivir con este tipo de tratados, en este flirteo con el capitalismo?
-Tenemos que entender que para que se dé una gran transformación lo que estamos disputando en este momento es una gran transición. Si no somos capaces de entender que esa gran transición implica una disputa política en democracia y en paz, va a ser difícil entender que con posturas de blanco y negro, del todo o nada puede llevar a revertir lo que se ha ganado. A veces, lamentablemente, el concepto del buen vivir se ha prostituido pero es necesario recuperar ese sentido que para el caso del Ecuador está recogido en la Constitución de la República. Pero creer a priori que un país como Ecuador puede cambiar el capitalismo es no tener los pies sobre la tierra. Hay que trabajar en el marco de las posibilidades que dicta la economía política interna para dar la disputa a nivel internacional que urge y que es necesaria para la integración latinoamericana.

¿Como afecta a la población ecuatoriana las políticas educativas implementadas por el gobierno de Rafael Correa?
-Les afecta directamente. Cuando uno habla del tema educativo tiene que hablar de cuatro componentes: el tema económico-productivo, el tema de sociabilidad ambiental, el tema de transformación cultural y el tema de confección de una democracia radical. En el económico tiene un impacto en el bienestar de la población porque al recuperar el sentido de lo público en la Educación, lo que hemos hecho es un proceso de democratización en el acceso a la Educación y eso tiene una relación directa en la calidad de vida y en los ingresos de la población. Por ejemplo, en el caso de la Educación Superior, antes teníamos el arancelamiento de las Universidades que ahora son gratuitas, teníamos una elitización socio-económica ya que solamente los estratos más ricos entraban a la Universidad. Esos arancelamiento era en las universidades estatales, por eso yo digo que teníamos universidades estatales no públicas. Con la gratuidad, con la política de becas que damos a los estratos más pobres, se ha duplicado la matrícula de esos segmentos, se ha doblado la matrícula de los indígenas y los números señalan, por ejemplo, que entre las personas que entran a la Universidad, la probabilidad de salir de la pobreza crece 0.7%. Por lo tanto ha tenido un impacto en la mejora. No es solo importante eso, porque a veces también existe un debate en América Latina en temas de precariedad, de igualdad de oportunidades y de democratización ya que muchos países han insistido en la democratización en detrimento de la calidad, otros han buscado solo la calidad en detrimento de la democratización. En el caso del Ecuador hemos hecho las dos cosas a la vez, un sistema que busca la excelencia y el aumento de la calidad pero sin retroceder un ápice en detrimento de los principios de la revolución ciudadana, que es construir una democracia radical a través de una educación de calidad para todos.

¿Qué datos del acceso de la población a los diferentes niveles educativos manejan desde la Secretaría?
-En estos momentos se ha incrementado de la matrícula en 8 puntos porcentuales, a pesar del cierre de 14 universidades, todas ellas particulares. Ha habido una duplicación de la matrícula de los quintiles más pobres que convierten al Ecuador en el país con el 27% de matrícula de esos quintiles, con la matrícula más alta de la región. Y esto se debe a una política deliberada. El coste para un pobre era demasiado alto y lo hemos eliminado a través de la gratuidad, la eliminación del factor de discriminación de facto en el bachillerato, para lo que creamos el sistema de nivelación, para igualar oportunidades en el acceso desde el bachillerato a la Universidad; y a través de la política de becas “Eloy Alfaro” por la que aquellas personas de bajos recursos que reciben el bono de desarrollo humano y entran a la universidad, reciben una remuneración básica unificada. Con eso se está consiguiendo igualar las oportunidades y tenemos que cada semestre crece un 13% la matrícula de personas de extrema pobreza, personas que vienen de familias que reciben el bono de desarrollo humano. Nosotros no buscamos ese paternalismo del estado a través de transferencias monetarias sino que lo que buscamos es la emancipación del ciudadano a través de la educación. Si la persona que recibe la transferencia llega a la Universidad, la probabilidad de salir de esa pobreza es mucho más alta si tan solo recibe el apoyo económico.

¿Que hace Ecuador en materia de investigación?
-La investigación tiene que ser responsable, sostenible ambientalmente, tiene que estar en el marco de la creación de otro patrón de acumulación que permita la emancipación económica y productiva. No podrá haber buen vivir si no tenemos, ya ahí sí, en términos marxistas, un cambio en el patrón de acumulación que tiene el Ecuador. En términos estructurales tenemos un sistema primario exportador y secundario importador con el que el país no va a ningún lado. Para que exista una libertad plena de los ciudadanos tiene que haber una emancipación del pensamiento. El actual sistema castra la creatividad, la generación de ideas y se ve en la crisis que ha vivido América Latina y muchos países del sur que también han vivido una crisis del pensamiento. Por lo tanto, no va a haber una posibilidad de una segunda independencia, una emancipación social dentro del buen vivir si no hay una revolución cognitiva.

¿Como se trabaja en este ámbito para la integración de América Latina?
-El año pasado creamos el Consejo Suramericano de Educación, Cultura, Ciencia, Tecnología e Innovación (COSECCTI)*. Nosotros lo que hemos tenido es una importación de ese conocimiento pero ya se está discutiendo, y nosotros estamos presidiendo este organismo, el tener una agenda investigativa regional en función de los problemas. Yo siempre pongo el ejemplo de que como nosotros no hemos generado el conocimiento, no hemos hecho investigación para potenciar nuestras capacidades y para resolver nuestros problemas, por eso existe lo que se denomina las enfermedades olvidadas que son aquellas de las que se han olvidado las farmacéuticas porque no son rentables y no han sido investigadas. Por eso nosotros debemos tener una agenda investigativa que busque garantizar derechos, satisfacer necesidades, potenciar capacidades en toda la región, Y por esa senda tenemos que avanzar. Esto no puede ser trabajo de un solo país, tiene que ser un trabajo completamente regional.
Nota:

* El Consejo Suramericano de Educación, Cultura, Ciencia, Tecnología e Innovación (COSECCTI) es una instancia política de la Unasur, que busca concertar y promover políticas y proyectos comunes, desde las áreas de educación, cultura, ciencia, tecnología e innovación; para fortalecer el proyecto integrador y de desarrollo de la región. Fue creado en la III Reunión Ordinaria de la UNASUR celebrada en Quito, el 10 de agosto de 2009, fecha en la que Ecuador asumió la Presidencia Pro Tempore, por el lapso de un año. La coordinación del Consejo está presidida por la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (SENPLADES) de Ecuador, quien, a petición del Ministerio de Relaciones Exteriores Comercio e Integración del gobierno ecuatoriano, es el organismo encargado de elaborar una propuesta de estatuto y un plan de acción.

Ecuador pone rumbo a la economía del bien común

Diario Turing


Flok SocietyLa ley de patentes será derogada."Los neoliberales impulsaban los paraísos fiscales. Nosotros, como socialistas del siglo XXI, vamos a impulsar los paraísos del conocimiento, el conocimiento como bien público y de libre acceso". La frase de Rafael Correa, presidente de Ecuador, pronunciada en directo en la provincia ecuatoriana de El Oro, es más que un eslogan redondo. Resume a la perfección el cambio de rumbo económico, político y social en el que se encuentra inmerso Ecuador. Desde el año 2008, el concepto del buen vivir (del quechua sumak kawsay), que anhela un equilibrio con la naturaleza, está incorporado a la Constitución de Ecuador. Desde el mismo año, el Gobierno Ecuador apostó por el software libre y las licencias abiertas. Sin embargo, el verdadero flechazo del conocimiento ancestral e indígena y el software y la cultura libres está produciéndose en los últimos meses. El proyecto, llamado FLOK Society es el buque insignia de este cambio de piel. Y su lema habla por sí solo: "Diseñando un cambio de matriz productiva hacia la sociedad del conocimiento libre, común y abierto".
¿Qué significa "conocimiento libre, común y abierto"? ¿Es posible dejar atrás el capitalismo competitivo y adentrarse en una economía colaborativa orientada al bien común? ¿Qué pretende exactamente el FLOK? Algunas frases de laCarta Abierta a los Trabajadores del Procomún del Mundo, recientemente lanzada por el equipo de investigación del FLOK, pueden insinuar parte de las respuestas: "Imagina una sociedad que está conectada al procomún del conocimiento abierto, basada en conocimiento, código y diseño libres y abiertos, que pueden ser utilizados por todas y todos los ciudadanos (...) Imagina una economía ética y sostenible que se basa en la creación de una riqueza común cooperativa basada en la reciprocidad, el mutualismo, la producción entre pares.
Lo cierto es que mientras Julian Assange, fundador de Wikileaks, se encuentra refugiado en la embajada de Ecuador en Londres, el Gobierno de Correa está moviendo fichas. Por un lado, como apuntaba Buzz Feed en un artículo reciente, Ecuador pretende convertirse en el paraíso de las libertades mundiales de Internet. Por otro, como afirmó en una entrevista en El Comercio René Ramírez, Secretario Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación, Ecuador pretende, "democratizar el acceso al conocimiento". Para ello, Ecuador derogará la actual ley de propiedad intelectual. Y, en claro enfrentamiento a la lógica de las patentes privadas, el país apostará por la "economía social del conocimiento" basada en la colaboración, lo compartido y las licencias libres. Para ello, será cocinado en red un nuevo Código Orgánico de Economía Social del Conocimiento, con la ayuda de especialistas de todo el mundo. El secreatario René lo acaba de anunciar a golpe de tweet:
Flujo del proceso de investigación del FLOKFlujo del proceso de investigación del FLOK

Un Código Orgánico jurídico cocinado en una wiki. La neutralidad de la red como horizonte. Guerra a las patentes. Abandono del extractivismo petrolero. Conocimiento libre. La colaboración como nuevo patrón de la economía. El copyleftcomo nueva brújula compartida. ¿Los objetivos del FLOK Society son reales o todavía una utopía lejana? Para que el paradigma del "buen vivir sea una realidad cercana, el FLOK Society cuenta con un equipo internacional de investigadores del más alto nivel. Michel Bauwens, director de la P2P Foundation, está coordinando el equipo de investigación que cuenta con las líneas Mejoramiento de las capacidades humanas (a cargo de Paul Bouchard),Cambiando la Matriz Productiva (George Dafermos), Marcos Legales e Innovaciones Institucionales (John Restakis), Infraestructuras Técnicas Abiertas (Jenny Torres) yProcomunes Físicos (Janice Figueiredo).
Michel Bauwens da algunos detalles concretos de la investigación: "Este grupo está planeando pasar los próximos meses investigando, por ejemplo, cómo hacer viable una biblioteca abierta para los colegios del país que substituya el sistema de caros libros de texto privados. También se plantea una comunidad de diseño abierto para máquinas de pequeños agricultores". Por su parte, José Luis Vivero Pol, de la universidad belga de Lovaine, que está trabajando la línea de 'comida abierta' del FLOK, asegura que "la idea es plantear una manera de producir, distribuir y consumir alimentos diferente del modelo consumista, extractivista, injusto y sostenible que tenemos". Para ello, matiza José Luis, "el conocimiento ha de ser abierto, la cooperación un valor anhadido y la ética ha de volver a ser la luz que nos guie".
¿Qué repercusión tendrá el FLOK en el resto del mundo? ¿Conseguirá el país andino impulsar un cambio de rumbo en la economía planetaria? ¿Puede convertirse Ecuador en el epicentro de un nuevo mundo basado en la transparencia? La prudencia reina entre las personas implicadas en el FLOK entrevistadas por eldiario.es. "No puedo decir que Ecuador sea el epicentro, creo que estamos apoyando a la convergencia de experiencias y acciones que el mundo necesita", afirma Rubén Zavala, desde la Coordinación Red Infodesarrollo. El hacktivista Daniel Vázquez reconoce, con cautela, el potencial del proyecto FLOK Society: "Liberar espacios de conocimiento compartido, pensar nuevas formas de entender los derechos de autor y aplicar legislaciones innovadoras genera algo similar a un oasis en la red en un mundo donde se pretende crear escasez o sed artificial".ElLibro Blanco del Software Libre de Ecuador, que pretende ser el ADN de las futura leyes, es buena prueba del nuevo marco que se está abriendo en el país andino.
De momento, la experiencia FLOK ha llamado la atención de los especialistas internacionales del procomún, el software libre y el conocimiento abierto. Por las listas de correos o encuentros físicos del FLOK dialogan personas como el escritor ciberpunk Bruce Sterling, David Bollier y Silke Helfrich (Commons Strategies Group), Richard Stallman (icono del software libre), Jacob Appelbaum (portavoz oficial del site Wikileaks), el filósofo Xabier Barandiarán o el sociólogo Antonio LaFuente, entre un larguísimo etcétera. Al mismo tiempo, como apunta la investigadora brasileña del proyecto, Janice Figuereido, se está intentando implicar a todo Ecuador, "Gobiernos, ONG´s, academia, campesinos, hackers, indígenas y la sociedad civil en general". De lo local a lo global (o viceversa), el Ecuador 'glocal' está en marcha.
A pesar del buen recibimiento internacional del proyecto FLOK Society, se han lanzado críticas níticas contra algunas contradicciones del Gobierno Correa. El cierre del Instituto Pachamana, lapolémica ley de prensa, el proyecto de ley de Internet (que limitaría el acceso a la misma) y el actual extractivismo de petróleo en la región de Yasuní son las principales contradicciones del Gobierno de Ecuador.
En el primer semestre de 2014, el FLOK Society celebrará un mega encuentro de los principales protagonistas mundiales del conocimiento libre. Un encuentro, todavía sin fecha definitiva, que puede despejar dudas y acabar con las contradicciones. Un encuentro que puede transformar el Código Orgánico de Economía Social del Conocimiento en la nueva piedra angular del nuevo mundo poscapitalista.

“Camila”: el primer disco con licencia CC + cláusula mantera

Camila Monasterio es una artista española que acaba de sacar a la venta su homónimo disco debut Camila (2014). Lo suyo es la música brasileña, el reggae y el soul. El disco para descarga digital se vende a €0 o más, y el CD en formato digipack por €8.
Toda su música se distribuye bajo una licencia Creative Commons No-Comercial con una novedosa cláusula adicional agregada por la artista, la “cláusula mantera”. Esta cláusula, que no forma parte del repertorio estándar de licencias de Creative Commons, permite explícitamente el uso comercial de la obra por vendedores callejeros ambulantes (el “top manta“).
Entrevistamos a Camila para tratar de entender mejor su “cláusula mantera”:
CC: ¿Cuándo fue la primera vez que tuviste contacto con las licencias Creative Commons?
CM: Llegué a las Creative Commons allá por el 2007, en el momento en que mi banda de reggae (Hotdrop) iba a editar su primer disco. Uno de nosotros llegó con la idea de estas licencias, a mí me encantó la idea, porque además resultaba lógico. Nosotros decidíamos los términos en los que se difundiría nuestra música.
Para mí el blindaje de una propiedad intelectual que defiende contra competidores e intrusos no tiene mucho sentido. Una cosa es que se te reconozcan los derechos como autora y otra es que lo que tú crees tenga que estar sujeto a las normas hechas a medida para que ciertas formas de negocio triunfen.
CC: ¿Consideras que entiendes a cabalidad las leyes de copyright de España y Europa? ¿Crees que los demás artistas las entienden?
CM: Reconozco que la complejidad del funcionamiento de la gestión de la propiedad intelectual me sobrepasa. Hay muchas cosas que no entiendo y en varias ocasiones amigos expertos han dedicado ratos largos a explicarme su intríngulis. De todas formas, para mí un ‘todos los derechos reservados’ es demasiado conservador si se pretende un crecimiento y desarrollo de la cultura a diferentes niveles de profesionalidad y al alcance de todo el mundo.
No creo además que la mayoría de los artistas entiendan muy bien las entrañas de la gestión de la propiedad intelectual (y me incluyo). Me atrevería a decir que sólo los artistas que de alguna forma cuestionan la forma actual de la PI, son los que se han atrevido a bucear por estos lares.
CC: ¿Si pudieras establecer un sistema de leyes respecto al copyright para favorecer a los artistas emergentes, qué harías?
CM: La verdad que mi interés en el tema no va tanto porque como artista emergente o independiente esto no me favorece. Internet ha dejado todo patas arriba y las leyes en pos de la protección de esa propiedad intelectual son cada vez más severas. El pensar que alguien pueda acabar en la cárcel por descargar material protegido con copyright me parece de ciencia ficción, pero es algo que podrá ocurrir si se aprueba la próxima reforma del Código Penal.
Creo que es crucial desligar la idea de PI con la supuesta protección de la cultura; lo que se protege con tal dureza es un negocio en el que la cultura es la mercancía. Si se trata el capital cultural como un objeto más o menos rentable y no como un bien común, la ciudadanía sale perdiendo. Crear leyes férreas para la difusión de la cultura es, hoy día, ponerle puertas al campo, y diría yo contraproducente para generar esa conciencia colectiva de cultura.
CC: ¿En qué momento se te ocurrió la “cláusula mantera”?
CM: Estaba tratando de decidirme sobre la licencia del disco. Tenía claro que iba a ser Creative Commons y que la iba a poner a precio libre (incluyendo el gratis) para que todo el mundo que quisiera la pudiera tener. La pega era si dar permiso para hacer uso comercial. Estaba ya convencida de poner una ‘no comercial’, porque con autogestión hacer música cuesta un esfuerzo económico. Pero me escocía el tema de la manta.
Yo participo en la Asociación sin Papeles de Madrid, donde ahora estamos llevando a cabo una campaña contra la reforma del Código Penal (dentro de la plataforma NoSomosDelito) que contempla que vender en la manta volverá a ser delito (se despenalizó en 2010 tras una dura campaña). Conocemos de cerca el tremendo dolor con la que muchas leyes se traducen en las vidas de nuestros compañeros.
Hablando con una amigo (David Aristegui) me dijo que por qué no añadía un permiso específico para que se pueda vender en la manta. Nos pareció que hacer una cláusula así servía para visibilizar lo sangrante que es que los manteros puedan ser condenados al circuito penal eterno. Ésta es una de las atrocidades actuales: que en el supuesto nombre del arte alguien que apenas sobrevive sea criminalizado. ¿De verdad la creatividad, el arte, o nuestros derechos como autoras reciben tal agresión por parte de los manteros que hay que responder con semejante violencia?
CC: ¿Algo más que quieras decir?
CM: Las leyes deberían responder a los intereses de un bienestar común. No sólo al de unos pocos. Una alternativa es elegir o adaptar nosotras mismas las licencias para evitar que alguien regule en tu nombre. Otra es, con estructuras sociales preparadas para ello (cooperativas o algo similar) seamos capaces de autogestionarnos. O que las sociedades que gestionan las PI tomen un rumbo diferente a la actual. O más bien las tres cosas a la vez, y seguro que hay muchas más posibilidades.
Yo no le veo mucho sentido a mantener un modelo que sobre todo defiende un negocio particular. Con esto no quiero decir que todo tenga que ser gratis, y que los artistas no merecen retribución por su trabajo, ni mucho menos. Pero creo que esta devolución que se le hace a artistas no debería pasar por legislar con semejante dolor. Y esa me parece una buena razón como para ponerse a pensar en algo mejor.

Arduino: hardware libre para construir el futuro

arduino
Un joven entusiasta de la electrónica en cualquier parte del mundo decide que quiere crear su propio robot. Suena a ciencia ficción pero hoy es una realidad. No son necesarios muchos conocimientos ni dinero. Una placa controladora puede salir por lo que cuesta el menú del día en un bar y el resto de componentes, sensores, cámaras, etc. ronda precios similares. El resto de entusiastas, la comunidad, le ayudarán en sus primeros pasos. Y ese joven quizá el día de mañana construya un robot mucho más potente. Un robot, o un drone, o un coche, o una aspiradora, o un microondas…
El hardware libre (los circuitos electrónicos) y el software (el lenguaje informático) permiten estas pequeñas azañas apoyándose en el trabajo de otros . Una de las plataformas de este tipo más conocidas en todo el mundo es Arduino. Con una serie de placas, software y ayuda en comunidad facilita el uso de la electrónica en proyectos multidisciplinares.
Uno de sus creadores es español. Se llama David Cuartielles, y responde a nuestras preguntas en Eureka.
¿Qué es Arduino?
Es una plataforma basada en hardware, software y documentación libres. Comenzó como un proyecto de hardware libre que colgamos de un servicio para software libre llamado BerliOS, similar a Sourceforge. A los años de trabajar con él, decidimos convertirnos en empresa para poder dar soporte al sistema de la mejor forma posible.
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¿Qué es lo que ha conseguido que sea tan popular en todo el mundo?

Yo diría que su facilidad de uso. Con Arduino personas de cualquier edad y sin conocimientos previos en tecnología pueden comenzar a construir nuevos ingenios en cuestión de horas. Solo hace falta un ordenador y una placa. Todo el software y la documentación están en internet de forma libre y gratuita. La apertura de la plataforma es lo que atrae a muchos, que empiezan con pequeños proyectos y terminan por hacer cosas increíbles, desde impresoras 3D a satélites.
¿Qué se puede hacer y qué se está haciendo ya con Arduino?
Hace una semana publicamos en nuestro blog un articulo sobre un chico finlandés que hackea motores diesel con la placa Arduino mega y controla su vieja furgoneta Volkswagen con ella. En Castilla La Mancha y Madrid estamos llevando dos proyectos educativos con un total de 2500 alumnos en paralelo. En algún lugar de Asia alguien estará haciendo un robot mientras yo escribo estas líneas… virtualmente cualquier cosa que necesite un control digital sencillo, se puede hacer con Arduino.
Con Arduino se han creado cosas tan curiosas como instrumentos musicales, electrodomésticos inteligentes, estaciones meteorológicas, detectores de terremotos, placas para hackear la centralita de un coche o un robot para jugar a Flappy Bird ¿Nos puedes contar alguna más que te haya llamado la atención especialmente?
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En tu pregunta has presentado uno de mis preferidos, que es el detector de terremotos de Sebastian, un chico chileno que colocó una serie de detectores de terremotos y publicaba en Twitter cuando vibraba el suelo. También me gusto especialmente el sistema diseñado por Russel, un estudiante de doctorado de EEUU, que creó una red de sensores para medir la calidad del agua. Además, usando una impresora 3D libre, creó sistemas especiales de sedimento de agua para hacer análisis de sus muestras.

¿Cómo surgió la idea?  ¿Cuál fue tu papel? ¿Cuál es tu papel ahora?
Tanto mi socio Massimo como yo dábamos (y aún damos) clase en diferentes universidades con una nota en común: nuestros estudiantes de diseño y/o arte, necesitaban conocer aspectos de la tecnología digital que los acercaba mucho al mundo de la ingeniería. Lo que sucedía es que las herramientas no estaban a la altura y nosotros diseñamos una que recogía nuestras experiencias en el campo.
Yo dibujé la primera placa Arduino, y decidí que fuera azul. Durante años mantuve la web de Arduino, pero de un tiempo a esta parte, me estoy dedicando a llevar la oficina sueca de Arduino. Tengo un equipo de 11 personas dedicadas al I+D en educación del Internet de las Cosas. También soy miembro del consejo directivo de Arduino y mantengo relaciones con toda una serie de grandes cuentas.
Trabajas en la Universidad de Malmö (Suecia). ¿A qué te dedicas en concreto?
Soy profesor de BA, MA, MSc, y doctorado en diferentes campos. También he tenido un trabajo como investigador en dos de los estudios de investigación de la universidad, pero ahora hago investigación desde mi empresa. Llevo toda una serie de proyectos de final de carrera, y dirijo el laboratorio de prototipado, con 7 asistentes y otros 2 profesores contratados.
¿Por qué software y hardware libre?
Porque cualquier cosa pagada con dinero público tiene que ser pública. Porque quiero que todo lo que hago maximice su alcance y llegue a cuanta más gente mejor. Porque quiero que mi trabajo pueda ser revisado por cuanta más gente mejor, para arreglar posibles problemas. Porque las cosas bien hechas siempre pagan de vuelta.
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Habéis sido uno de los primeros proyectos de hardware libre ¿Qué futuro le veis ahora que, además, se están popularizando también las impresoras 3D?

Todo el futuro. El que el hardware sea libre es sólo un primer paso a permitir el acceso universal a la tecnología. Si gran parte de nuestra interacción social se basa en el uso de tecnología, tenemos que asegurarnos de que sea lo más accesible posible. Llegara un día en que el hardware será gratis y que las empresas sólo capitalizaran sobre los servicios y los datos. Al menos, eso es lo que creo.
Hemos conocido un grupo de gente -‘Thinkbit’- que está enseñando tecnología a gente sin recursos gracias a Arduino. ¿Puede el software y el hardware libre ser una buena forma de ayudar a la gente en este momento de crisis?
Cualquier conocimiento es bueno para empoderar a las personas. Pero también hay que ayudarles a crear empleo con sus nuevos conocimientos, o si no, a inventarlo.
Has desarrollado gran parte de tu carrera en el extranjero y de hecho sigues allí. ¿Crees que en España se están haciendo bien las cosas en cuanto a investigación e innovación? ¿Estamos enseñando a la gente a innovar en las escuelas y universidades?
No puedo responder a esa pregunta. Sé que hay todo tipo de iniciativas privadas y públicas, además de buenas intenciones. Y sé que hay buena gente detrás de buenas iniciativas, pero habrá que esperar a los resultados.
¿Cómo puede Arduino ayudar en la educación?
Nuestro mundo es digital. Aprender sobre tecnología digital, es aprender sobre como funciona el mundo y sobre como será en el futuro.
¿Hacia donde va el futuro de Arduino? ¿En qué estáis trabajando?
Ahora mismo estamos creando ordenadores, robots, sistemas educativos y placas de comunicación. Estamos colaborando con Atmel, Intel y Telefónica.
Al margen de Arduino, háblanos de algún proyecto innovador que te haya llamado la atención últimamente. 
Me gusta mucho la empresa Scanadu, de California… su apuesta por la tecnología de prevención medica me parece muy innovadora. También me gusta la forma en que trabaja Ultimaker, la empresa que hace las impresoras en hardware libre.
¿Algún consejo a jóvenes innovadores?
Que lo intenten. No deben dejar que nadie ni nada les pare. Yo me quedé con las ganas de hacerlo al terminar la carrera y tuve que esperar casi 10 años.
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El libre acceso al Conocimiento, más allá del capital




1. El tema del acceso al conocimiento se vincula con la preocupación por los términos en los cuales el resultado del trabajo intelectual, considerado como un bien intangible, puede ser aprehendido, utilizado, modificado y compartido una vez que el autor declara la voluntad de liberarlo de las normas de propiedad capitalista. En ocasiones, puede que el problema se vea reducido al tema de las normas jurídicas y los usos comerciales de los bienes de producción intelectual, como por ejemplo en el caso de la oposición entre las licencias copyleft y copyright. Las licencias copyleft, precisamente, suponen una respuesta a las formas de licenciamiento del conocimiento basadas en la concepción de la propiedad privada capitalista, y permiten que las personas que no son titulares de los derechos morales y patrimoniales (de acuerdo con las pautas del copyright) puedan tener acceso al conocimiento en el marco de determinadas condiciones.
En los tiempos actuales, cuando presenciamos la ampliación de los regímenes jurídicos que favorecen la apropiación privada del conocimiento, las licencias copyleft, como la General Public License (GPL) y Creative Commons (CC) prestan un servicio inestimable a la necesidad de mantener la posibilidad de compartir el conocimiento, toda vez que proporcionan herramientas que facilitan la ampliación de los derechos intelectuales a terceras personas, de forma tal que los "derechos morales" permanecen inalterados en cuanto a la autoría original pero se establecen un conjunto de concesiones para el manejo de los contenidos. Estas facilidades han permitido la expansión de una comunidad de usuarios de las licencias copyleft nada despreciable, soportada fundamentalmente por la creación de software libre y por la generación de contenidos documentales y audiovisuales que, dependiendo de los términos escogidos, permiten que cualquier persona pueda acceder a ellos sin mayores restricciones jurídicas ni económicas.
Ahora bien, resulta necesario entender que las licencias copyleft se encuentran basadas en los términos clásicos de la propiedad intelectual. En el contexto del copyright, se supone que el conocimiento generado es “propiedad” del “autor” original de acuerdo con los convenios internacionales sobre propiedad intelectual, y lo que se define son los términos de exclusividad para la explotación material de dicho conocimiento. La legislación que emerge de estas normas, que define los términos de exclusividad para la explotación mercantil del conocimiento, se encuentra dirigida a garantizar el derecho de explotación al titular y, por lo tanto, apoya la creación de escasez artificial que contribuye con la definición de precios en el mercado. Las licencias copyleft tienen el mismo punto de partida inicial, aunque su aporte está en que rompen con los límites de las licencias basadas en la propiedad intelectual convencional. De este modo, se permite la explotación comercial de un conocimiento siempre y cuando, por ejemplo, las obras derivadas se compartan con la misma licencia, y así sucesivamente.
Pero entonces, ¿en qué consiste la relación del copyleft con el copyright? Veamos dos ejemplos. El Movimiento del Software Libre (MSL) promueve el desarrollo de software sobre la base de tres principios: antimonopolio, solidaridad y libertad. Pero el MSL no necesariamente es anti-capitalista, sino más bien anarco-capitalista. La licencia GPL está orientada a defender la libertad de acceder y hacer uso de un conocimiento, pero se basa en el copyright. Según Richard Stallman, el copyleft, “utiliza la ley de copyright, pero dándole la vuelta para servir a un propósito opuesto al habitual: en lugar de privatizar el software, ayuda a preservarlo como software libre” (2004, 24). Por otra parte, la organización Creative Commons también afirma que las licencias que propone permiten “cambiar los términos de copyright de 'todos los derechos reservados' a 'algunos derechos reservados'” y que “no son una alternativa al copyright, sino que trabajan en conjunto con el copyright y te capacitan para modificar los términos de copyright para ajustarse mejor a tus necesidades” (http://creativecommons.org/about).
Pero ahí donde reside el aporte del copyleft se encuentra quizá su mayor limitación. La propiedad intelectual emerge en el contexto de la necesidad de proteger los bienes intelectuales en cuanto que “propiedad privada”. Por ejemplo, dividir los derechos de utilización de un conocimiento con la denominación dual de “derechos morales” y “patrimoniales” establece una diferenciación que, incluso en términos capitalistas, resulta perniciosa para los autores y para la creación en sí. Lo limitado de tal clasificación queda en evidencia cuando nos encontramos con la variedad de permisos a terceros que se establecen en licencias como Creative Commons.
La diferencia fundamental se encuentra en que la lógica del copyright se centra en la exclusividad de los derechos de explotación mercantil, con sentido monopólico, mientras que las licencias copyleft aspiran a la creación de redes de colaboración que permitan la creación de bancos de intangibles. En otras palabras, quienes utilizan una licencia copyleft declaran tácitamente que reconocen que han tomado conocimientos de un fondo común y los entregan nuevamente para que el saber siga circulando por los canales de creación y de generación de valor social. Así, si para el copyright lo importante es la “competencia”, para el copyleft lo significativo es la “reciprocidad”. De este modo, la protección de las obras de conocimiento supone la conformación de lógicas sociales diametralmente opuestas, las cuales rivalizan en el día a día de la cultura y la producción.
No obstante, a pesar de que las licencias copyleft desagregan y visibilizan los términos de la propiedad privada sobre los bienes intangibles, una vez que las nociones iniciales se dan por sentadas (fundamentalmente, una vez que se acepta la hegemonía de la propiedad privada sobre el conocimiento), la reflexión sobre los modelos de sociedad que subyacen a cada modo de licenciamiento queda opacada por la implementación de la licencia, de forma tal que la eficacia política de las licencias copyleft puede encontrarse reducida a un modo de adaptación a la distribución de bienes en el mercado capitalista. Que no se suponga que estamos restándole importancia a las licencias copyleft, puesto que cualquier forma de resistencia al dominio del derecho corporativo sobre los bienes intangibles representa un aporte valioso al rompimiento de los modos de apropiación privada del saber. Lo que nos preocupa es que generalmente puede utilizarse una licencia copyleft o copyright sin afectar necesariamente la matriz de producción, distribución y consumo de bienes culturales y materiales; que es donde se originan los problemas que los activistas de las licencias copyleft se proponen enfrentar.
2. La utilización de licencias copyleft debe tener más que sentido antimonopólico, debe tener sentido anticapitalista, porque en la política del capital se encuentran las causas de los monopolios que critican los activistas del conocimiento libre. De lo contrario, el copyleft no es más que una herramienta de los productores minoritarios para tener una porción de acceso al mercado. Si no se vincula el copyleft con la crítica a las condiciones profundas del mercado – en el sentido que han abierto las propuestas de las economías colaborativas – puede que no vaya a ser más que un accesorio en el repertorio de opciones para la apropiación privada de los bienes comunes.
Un problema interesante se nos presenta con los términos de uso del conocimiento con fines comerciales. De acuerdo con Creative Commons, una licencia que no permita la utilización comercial – absolutamente sin restricciones – de una forma de conocimientos, no es una “licencia libre”. Pero desde este punto de vista, quienes utilicen estas licencias deben permitir que sus creaciones sean utilizadas por cualquiera y con cualquier fin (con las condiciones que establezca el titular del copyright). No obstante, como demuestra la historia de las últimas décadas, la desregulación política y la libertad entendida en términos mercantiles, son terrenos propicios para la expansión de las políticas neoliberales. Ciertamente, con las licencias CC se cierran algunas condiciones para la apropiación privada del conocimiento y se abre la posibilidad de compartir en términos de reciprocidad. Pero como mencionamos anteriormente, no hay obstáculos para que el conocimiento licenciado con una licencia de uso comercial no sea utilizado a la vez por una red de consumidores solidarios o por una empresa que explote a los trabajadores.
Una alternativa la proporcionan quienes formulan propuestas de licencias copyfarleft. Resulta interesante revisarlas, no porque pensemos que han resuelto el problema, sino porque permiten mantener abierta la discusión en torno a los fundamentos de las licencias copyright y copyleft. La propuesta de las licencias copyfarleft permite el uso comercial del conocimiento en los casos en que se trate de una organización que reparte los excedentes de la producción equitativamente entre sus trabajadores. Un ejemplo de este enfoque es la Licencia de Producción de Pares (Peer Production License), la cual se basa en la licencia “Atribución-NoComercial-CompartirIgual” de Creative Commons, pero agrega condiciones para aprobar el uso comercial. En particular, permite la utilización de la licencia con fines comerciales solamente si se trata de una empresa o de un colectivo que es propiedad de los trabajadores; y si toda la ganancia y los beneficios generados por dicha empresa o colectivo se distribuyen entre los trabajadores1.
Desde este enfoque, es claro que no se piensa en el conocimiento – y el licenciamiento – como algo abstracto, sino como expresión del conjunto de relaciones sociales y culturales en los cuales toma forma la influencia del capital, así como los modos alternativos de construir los procesos sociales. Parte de la fundamentación del copyfarleft podemos encontrarla en un ensayo de Dmytri Kleyner (2010), uno de sus proponentes, del cual transcribimos algunos fragmentos:
- “Para que el copyleft tenga algún potencial tranaformador debe ser Copyfarleft. Debe insistir en que los trabajadores sean dueños de los medios de producción”.
- “Una licencia copyfarleft debe hacer posible que los productores compartan libremente y que conserven el valor del producto de su trabajo. En otras palabras, los trabajadores deben poder hacer dinero al aplicar su propio trabajo a la propiedad mutual, pero debe ser imposible que los dueños de propiedad privada hagan dinero al utilizar trabajo asalariado”.
- “Una licencia copyfarleft debe permitir el uso comercial basado en commons y debe impedir la posibilidad de extraer ganancia explotando trabajo asalariado”.
- “Sólo una licencia que impida de modo efectivo que la propiedad alienada y el trabajo asalariado sean utilizados en la reproducción de lo que en otro caso sería un commons informacional libre, puede modificar la distribución de la riqueza”.
El escenario de que los bienes intelectuales sean utilizados para favorecer relaciones de reciprocidad cultural y material, en contraste con la posibilidad de que sean determinados como bienes mercantiles, marca una diferencia importante desde el punto de vista del sentido político originario de las licencias que buscan responder al derecho del monopolio capitalista. No se trata solamente de crear formas de abrir el mercado para que nuevos productores puedan introducir bienes y así hacer frente al predominio de las grandes empresas. Aunque la intención de democratizar (desmonopolizar) el acceso al mercado parezca loable, resulta limitada de cara al carácter hegemónico de las alternativas en disputa. Y aún más, es probable que las propuestas de copyleft puedan ser asimiladas por la dinámica capitalista de forma tal que los modos de distribución de bienes culturales no se altere fundamentalmente. Esto puede suceder si no caemos en cuenta en que el problema no es sólo de acceso, sino de las condiciones sociales que rodean la generación de conocimientos. Se trata menos del régimen de propiedad intelectual (que es expresión de un modo de sociedad) que de la hegemonía del capital sobre los modos de producción y de consumo en las sociedades contemporáneas. De ahí que una forma de protección del conocimiento que no sea al mismo tiempo un modo de reforzar relaciones de reciprocidad y cooperación en torno a los bienes comunes, tiene un alcance muy limitado.
Sobre esto queremos hacer una última acotación. No se trata de criticar a mansalva las licencias de uso comercial del conocimiento. De ahí que traigamos a colación las licencias copyfarleft. Aunque nos opongamos a que las grandes empresas pretendan utilizar el procomún para la generación de capital, no podemos oponernos a que, por ejemplo, las cooperativas culturales puedan soportar sus actividades con la obtención de ingresos provenientes de la divulgación del conocimiento. No es un problema de escala, sino de las diferencias de propósito y funcionamiento entre las organizaciones capitalistas y las organizaciones de la “economía social”. Y eso es particularmente importante cuando la alternativa a la fórmula de conformidad que impulsa el neoliberalismo (monoproducción, monoconsumo y monocultura) es la creación de redes de productores libres y asociados o, para colocarlo de otra manera, la producción y el consumo distribuido y colaborativo. Por lo tanto, la alternativa a la lógica del copyright no hay que buscarla en las alteraciones o modificaciones al derecho corporativo, sino sobre todo en el conjunto de relaciones que se suponen dominantes en el seno de las economías sociales, por lo que otra forma de protección del conocimiento debe surgir a partir del modelado de las relaciones deseadas en el marco de una economía social y sustentable.
3. En resumen, existen temas que la utilización de variantes de la fórmula del copyright proscriben de la discusión y, por lo tanto, excluyen de la apropiación política de las licencias de copyleft. Entre los temas que pensamos que se escapan por el uso de licencias como CC y GPL tenemos dos: la “propiedad” y la “comunidad”; conceptos que forman a su vez la raíz para la formulación de formas de generación de saberes más allá del capital. Es posible que existan muchos temas, pero nuestro interés es indagar de qué manera la generalización del sentido anticapitalista del conocimiento libre puede contribuir con la creación de formas comunales de fomentar la apropiación del conocimiento como bien común.
- Propiedad: El asunto del licenciamiento es fundamentalmente un problema de propiedad, y en particular, de la hegemonía de la propiedad privada sobre el conocimiento. No ayuda mucho reconocerlo si no aprovechamos la oportunidad para introducir otras formas de apropiación social del saber. El copyright y, por extensión, el copyleft, se encuentran fundamentados en la creencia de que la propiedad privada es la forma de propiedad por excelencia, y por ello no se llega a reflexionar sobre la posibilidad de otras formas de propiedad. Las licencias copyfarleft muestran mayor consciencia de este tema porque traen al frente formas organizacionales que contrastan con la figura de la empresa privada como agente central de la producción y distribución de bienes. Pero en el mundo actual, las cooperativas siguen moviéndose en un entorno de mercado, por lo que habría que ahondar en la organización de formas distribuidas e interdependientes de producción. Además, sería interesante desarrollar conceptos como “propiedad comunal” o “propiedad social” en relación con la concepción del conocimiento como bien común.
Una licencia copyleft que conserve un sentido anticapitalista debe trascender el lugar común de la propiedad privada para favorecer otras formas de gestión colectiva de lo “público”, lo “privado” y lo “común”. Pero no como si el cambio consistiera simplemente en la modificación de una fórmula jurídica, sino como forma de socavar el sistema de relaciones que sostiene al capitalismo. La formación de redes colaborativas de producción y consumo, la cooperación y la reciprocidad como valores, la importancia del valor de uso frente al valor de cambio, la sustentabilidad ambiental, la importancia de la satisfacción de las necesidades sociales, la construcción de economías de escala humana, son temas que deben entrar en la discusión sobre la protección del saber como bien social.
- Comunidad: Las licencias copyleft parecen dejar de lado el lugar del sujeto político como agente para la generación y circulación de saberes. Aquí se cuela cierta concepción del conocimiento como algo abstracto, ajeno a los sujetos que participan en su elaboración, además de que se mantiene su consideración como bien mercantil. Pero cómo se comparte un conocimiento tiene menos que ver con el régimen jurídico que con las dinámicas sociales que intervienen en ese proceso, y esto supone la existencia de sujetos históricos que participan de forma concreta en dichas dinámicas.
Entre los activistas del conocimiento libre parece existir cierta aversión al concepto de “público” como espacio de confluencia de la voluntad social, en parte como consecuencia de un sentimiento anti-burocrático y anti-corporativo engendrado en la reacción al capitalismo, pero también, paradójicamente, como expresión de la supuesta decadencia de referentes conceptuales como el Estado nacional. La defensa de los activistas del conocimiento libre sobre los bienes intangibles tiene una versión “blanda”, que concibe los commons como un espacio que carece de cualquier clase de regulación, y una versión “dura”, en la cual los commons son tales porque, además de ser compartidos e imposibles de ser susceptibles de apropiación privada o pública, se encuentran protegidos por determinadas regulaciones. Quienes ejercen estas regulaciones pueden ser o bien instituciones civiles creadas para ello, o bien comunidades organizadas en el sentido de los movimientos sociales. Las amenazas de burocratismo y el corporativismo no desaparecen del todo en el primer caso, tomando en cuenta fenómenos como el lobby. Por lo tanto nos parece más interesante explorar la segunda opción, si bien no de forma que excluya a la primera.
En este caso, la comunidad que ejerce la protección sobre un bien común – como el conocimiento – no debe ser una comunidad política en abstracto, sino un colectivo con identidad política. No desde el punto de vista de una identidad homogénea sino plural; ni tampoco como una identidad excluyente que impida a otras culturas el acceso a los bienes comunes. Se trata quizá de una comunidad en sentido cívico, construida como parte del reconocimiento de las diferencias y la voluntad de convivencia, e incluso puede tratarse de una comunidad diversa que comparta un ideal republicano. Para nosotros, la clave está en reforzar el surgimiento de colectivos que puedan forjar una identidad comunal, formada en movimientos de bases, con contenido anti-burocrático y radicalmente democrático. Es en este sentido, el propio de la democracia directa o participativa, en que el conocimiento puede considerarse como un “bien público”.
En resumen, las propuestas de licencia para garantizar el acceso al conocimiento deben tener sentido anti-capitalista, deben partir de una crítica a la propiedad privada en favor de la propiedad social, y deben estar encaminadas al respeto de las identidades políticas concretas. La construcción del conocimiento es un proceso marcado por la funcionalización de los roles grupales en la sociedad moderna, y tal proceso está mediado por las formas de distribución de bienes tangibles e intangibles en cada sociedad. La razón de ser de las licencias copyleft y copyfarleft está en facilitar el camino a modos profundamente democráticos y justos de realizar tal distribución. Los términos en los que finalmente se definan las licencias responderán por tanto al momento de desarrollo de la conciencia social sobre las contradicciones que genera la hegemonía del capital.
Referencias
Stallman, R. (2004). Software libre para una sociedad libre. España: Traficantes de Sueños.
Creative Commons. “About Creative Commons”. Disponible en: http://creativecommons.org/about
P2P Foundation. “Peer Production License”. Disponible en: http://p2pfoundation.net/Peer_Production_License
Kleyner, D. (2010). “CopyFarLeft y CopyJustRight”. Disponible en: http://blog.redpanal.org/2010/04/22/licencias-libres-y-copyfarleft/
1Textualmente la licencia dice lo siguiente: “c. You may exercise the rights granted in Section 3 for commercial purposes only if: i. You are a workerowned business or workerowned collective; and ii. all financial gain, surplus, profits and benefits produced by the business or collective are distributed among the workerowners” (http://p2pfoundation.net/Peer_Production_License).