Los gobiernos tienen que pensar en cómo proteger su información

Página 12

Cuando Andrew McLaughlin dejó su cargo como jefe de Relaciones Públicas de Google para convertirse en jefe tecnológico de Barack Obama en 2009, el diario The New York Times escribió que su traspaso “renovaría la preocupación de los rivales de Google y otros grupos de relaciones públicas sobre el aumento de la influencia de Google en Washington”. Pero para McLaughlin se trató simplemente de la oportunidad que da el sistema norteamericano de ir del sector privado hacia el sector público y volver: “Algunas veces eso puede ser una fuente de corrupción”, admite McLaughlin a Página/12, a punto de llegar a Buenos Aires para hablar el 25 de agosto en las jornadas de Experiencia Endeavor en la Rural.

Sin embargo, su salida del gobierno de Estados Unidos no fue para volver al mundo corporativo sino para crear la Fundación Civic Commons, una organización sin fines de lucro que trabaja con gobiernos para construir tecnologías de vanguardia y de código abierto para “mejorar los servicios públicos, aumentar la transparencia, fortalecer la rendición de cuentas, acelerar el espíritu emprendedor y capacitar a los ciudadanos”, según la información oficial. “A mi mujer no le gustó mucho mi decisión. Pero yo quisiera que el mundo funcione un poco mejor”, dice, este hombre que conoce las tres aristas de la sociedad contemporánea: el mundo corporativo, el gubernamental y ahora el sector civil.

Su objetivo es que esta nueva fundación trabaje como Mozilla (creadores de Firefox) o Apache (servidores de Internet), ambos organismos largamente vinculados al mundo del software libre y al trabajo colaborativo. “Hay una tremenda oportunidad para trabajar en la apertura de la información de los gobiernos. Los gobiernos están lentos y creo que se pueden generar grandes cambios especialmente en las ciudades. Algún día volveré al sector privado, pero no por el momento”, dice. McLaughlin fue profesor en Stanford y también uno de los primeros miembros de Icann, el organismo que controla las direcciones de Internet. En su perfil de Twitter, McLaughlin completa sus “ex” trabajos con estas dos descripciones: “ex vegetariano y ex Xbox”. Este emprendedor pretende aquí entrar en contacto con el gobierno local para explicar las razones de su fundación: construir software de código abierto que ayude a mejorar las necesidades de los ciudadanos y los gobiernos.

–¿Cuál es el objetivo de Civic Commons?

–El propósito es ser una fundación neutral sin fines de lucro que organicen el trabajo entre las ciudades. Lo más importante para los gobiernos es que tienen que entender que el código abierto no es comunismo, no es filantropía. Es algo que la ciudad tiene que hacer en su propio interés. Si en diez ciudades se trabaja para producir un software, cada ciudad contribuye un diez por ciento. En vez de tener que pagarle 50 millones de dólares a una empresa como IBM, se contrata a desarrolladores locales que trabajan en un sistema de software abierto, que no es sólo más barato sino más seguro y más flexible.

–¿Por qué toma esta decisión?

–Fui profesor en Stanford, trabajé en Icann, estuve seis años en Google y después trabajé con Barack Obama dos años como consultor en la Casa Blanca, para tratar de que el gobierno estadounidense adopte tecnologías en la nube y de software libre. Pero querría trabajar con las ciudades, más cerca de la gente, de forma más flexible, menos burocrática. Los problemas son los mismos en las ciudades ricas y en las pobres: en algunos hay teléfonos inteligentes, en otras hay mensajes de texto. La cuestión básica es similar: mi proyecto es que ciudades como Buenos Aires usen tecnologías de código abierto que también puedan usar ciudades como Nairobi o Nueva Delhi.

–¿Y por qué dejó el gobierno de Obama?

–Creo que hice mucho, pero tengo mi familia que me reclamaba y quería trabajar más cerca de la gente. Estuve un poco frustrado, y había muchas cosas desestimulantes. De todas maneras, trabajé en tres categorías: la primera fue cambiar el gobierno, abrir y hacerlo más transparente y usar mejor la tecnología y moverlo hacia la nube. La segunda fue poner la tecnología en una prioridad del presidente. Trabajamos en el sistema de salud en Estados Unidos, en el registro de salud electrónico para cada estadounidense. Eso implicaba la estandarización para que cada grupo sea más eficiente. La tercera categoría tenía que ver con gastar menos dinero y mejorar temas de copyright, privacidad y regulación de redes.

–¿Y qué opina de la decisión de Barack Obama de regular el principio de “neutralidad en la red” para evitar que algunos servicios funcionen más rápido que otros?

–Creo que está bien. Es un proceso regulatorio que tenían un compromiso desde la campaña que hizo Obama. Creo que la FCC (el órgano que regula las comunicaciones en Estados Unidos) hizo un buen trabajo. Ellos hicieron un trabajo independiente, la Casa Blanca no tiene injerencia allí. Aunque lo que hicieron no es perfecto.

–¿Cuál es la reacción de los gobiernos cuando se les dice que deben “liberar su información” y hacerla accesible?

–La mayoría de los gobiernos se ponen nerviosos con algunas buenas razones. Algunos quieren dar información de calidad a la gente, no quiere poner información que esté mal, no quieren recibir críticas por su trabajo. La parte central es entender que abrir la información les ayudará a hacer sus cosas mejor. Muchas veces ofrecer información sirve para arreglar las cosas rápidamente, no cambia económicamente, pero le permite a la gente resolver sus problemas y entender las prioridades mucho mejor. Si hay cien quejas sobre una intersección de una calle y una sola sobre otra, es evidente cuál es la prioridad a resolver. Hay tres cosas para abrir en un gobierno: información vinculada a la transparencia de gestión, información de servicios públicos y, por último, a nivel de servicios civiles, donde los usuarios pueden crear información, ver los movimientos de información y hacer un mejor manejo de la información.

–¿Y qué piensa de Barack Obama, hizo algo en ese sentido?

–Soy un gran fan de Obama. Esta es una situación terrible en materia económica y política. Pero recién estaba viendo las fotos de Libia, es una actitud clásica de Obama: su objetivo es dejar que los rebeldes lideren la situación. Gran parte de mi trabajo fue hacer que los gobiernos entiendan Internet, empezamos haciendo grandes análisis de información de los registros médicos y logramos ganar dinero de una manera dramática. Apostamos a la tecnología en la nube, hicimos contratos con compañías que construyeron infraestructuras pequeñas y flexibles, con participación pública, y además hicimos pequeños experimentos de competiciones por ideas y precios para ver si la comunidad tecnológica del Silicon Valley podía desarrollar aplicaciones mejor de lo que lo hacen los gobiernos.

–En esa marea de liberación de datos, cuando uno ingresa a sitios como data.gov tiene una sensación abrumadora de información.

–Es evidente que tiene que surgir un nuevo tipo de periodismo de datos, que trabaje con los datos para mostrárselos a la gente de una mejor manera. Pero en el mundo de la tecnología tenemos que hacer que la información sea completamente entendible.

–¿Y por qué apuesta al software libre?

–Es una cuestión de eficiencia, es algo efectivo. Los grandes proyectos de software de código abierto como Linux, Firefox o Apache y muchas otras herramientas cuestan menos, son más seguras y más flexibles. En algunas cosas podría ser bueno tener software propietario, el software libre no es la solución a todo...

–En unos días va a estar en Buenos Aires Richard Stallman, creador del software libre...

–... no iría tan lejos como suele ir Stallman. El dirá que no hay lugar para el software propietario, yo no voy a ir tan lejos.

–Y en ese sentido, ¿cuál es su relación con Google?

–La relación con Google es fantástica. Ellos apoyan el software abierto, incluso ahora Microsoft apoya al software abierto en sus servicios en la nube.

–¿Y cuál sería su mayor fantasía en materia tecnológica?

–Que Argentina pueda crear una compañía dominante en el mundo. Gracias a la democratización de las tecnologías, la conectividad está siendo cada vez mejor, las computadoras son mejores, la capacidad de almacenaje es mejor, y más barata. Y pienso que emprendedores en Bolivia, Kenia o Argentina pueden hacer algo igual de bueno que en el Silicon Valley. También quiero que los gobiernos reconozcan el potencial de adoptar tecnologías abiertas, no sólo para sus operaciones sino para el crecimiento económico de sus países.

–Si la idea de computación en “la nube” finalmente triunfa, como se supone, y usamos servicios que estarán siempre en línea, el asunto va a ser dónde se guarda la información...

–Exacto. Hay gobiernos que quieren controlar toda la información y la guardan ellos mismos. Otros gobiernos guardan algo de información y ponen el resto en servicios del mismo país. Otros ponen alguna información en otros países y no les molesta depender de otros países. Depende del tipo de información: si es una cuenta de Twitter, no les importa que se guarde en California. Otros dicen “no”, queremos guardar todo en nuestro país. Argentina puede decir “la información que no es privada se la damos a empresas argentinas, pero la información de impuestos que es muy privada y muy importante la guardamos nosotros”. A cada pregunta específica, se realiza un análisis específico.

–¿Piensa que los gobiernos deben liberar toda la información?

–No, los gobiernos tienen que tener cosas privadas. Es bueno para el gobierno y para el mundo. Pero el gobierno tiene que pensar en cómo proteger la información, cómo diseñar sus redes. En el caso de Wikileaks, por ejemplo, la información se filtró de una red secreta no conectada. No fue hackeada. Fue tomada por alguien que tenía acceso al sistema. Alguien en quien se confiaba y traicionó esa confianza. El gobierno tiene que tener esa idea de que si no son cuidadosos en el manejo de su información, van a poner sus datos en riesgo. Es mucho más difícil para gobiernos que no tienen dinero, porque hay que poner mucha tecnología para hacerlo, pero es una gran prioridad.

Hewlett-Packard se rinde mientras la era post-PC llama a la puerta

Por Por Chris Lefkow

El sorprendente anuncio de Hewlett-Packard (HP), el mayor fabricante mundial de ordenadores personales, de su decisión de reorientar su negocio es el signo más evidente de que la era post-PC ya está aquí.

"Tendemos a desechar mucho el término 'era post-PC', pero está claro que, a raíz del anuncio de HP, estamos más cerca que nunca de esa realidad", consideró Carmi Levy, analista independiente de tecnología. "Cuando un incondicional de la edad de oro del hardware básicamente se aleja del negocio en el que se desarrolló, es fácil llegar a la conclusión de que se ha rebasado oficialmente el punto de no retorno", agregó.

Esta semana, el gigante estadounidense HP anunció que evalúa "alternativas estratégicas" que podrían suponer la venta de su división de PC o su escisión en una compañía separada.

Los PC que funcionan con Windows han sido durante años el centro de la vida de los consumidores, pero la llegada de los potentes teléfonos inteligentes -en la práctica, ordenadores de bolsillo- y de las tabletas de pantalla táctil como el iPad, de Apple, ha minado su importancia.

Los consumidores ya no necesitan un ordenador de sobremesa o un portátil para estar conectados y, con la constante erosión de los márgenes de beneficio en el sector del PC, HP no pudo posicionarse entre los productos del futuro, dijo la analista de Forrester Research Sarah Rotman Epps. "Lo que (la era post-PC) realmente significa no es que los PC van a desaparecer, sino que hay un alejamiento entre los ordenadores y la informática", explicó Rotman a la AFP. "La informática se da ahora en muchos dispositivos diferentes y es un panorama mucho más diverso que un tipo de ordenador", agregó. "Y HP realmente no tenía una respuesta a lo que estaba más allá del PC".

La analista de Forrester explicó que HP no fue capaz de hacerse un lugar entre los productos de informática que generan más beneficios y puso a Apple como modelo de compañía que sí logró hacerlo. "Apple ha sido capaz de innovar, de vender el iPad, un sistema completamente nuevo, gracias a su ecosistema" no basado sólo en el hardware, dijo. "Tiene el canal en la tienda de Apple, brinda el servicio y tiene el software -iTunes, el APP store, toda la plataforma de desarrollo.

La analista recordó que HP dio un tímido paso en esa dirección cuando adquirió el sistema operativo Palm webOS. Pero la compañía no quería "apretar el acelerador a fondo e invertir el capital que habría sido necesario para hacer de él que un negocio exitoso", dijo.

La compañía con sede en California también anunció que dejará de fabricar su tableta Touchpad y los teléfonos basados en webOS, el sistema operativo para teléfonos adquirido el año pasado a Palm por 1.200 millones de dólares.

Para justificar estas decisiones, el director ejecutivo de HP, Leo Apotheker, se refirió a la debilidad de la economía estadounidense, que está teniendo un impacto en las ventas de ordenadores, y a los cambios en el mercado de consumo de PC. "La velocidad del cambio en el mercado de dispositivos personales sigue aumentando y el panorama competitivo es cada vez más complejo, especialmente en el sector de la informática personal", dijo Apotheker. "El efecto tableta es real y las ventas del TouchPad no cumplen con nuestras expectativas", dijo.

El analista de Gartner Mark Margevicius explicó, por su parte, que la decisión de HP de vender o separar su división PC está motivada más que nada por la caída de los márgenes de ganancia en la industria del PC. "El mercado de PC se ha convertido en un negocio táctico, de consumo masivo", dijo Margevicius. "No estamos en una era en la que el PC está muerto. El mercado de PC es plano, pero sigue siendo un gran negocio".

Al deshacerse de su unidad de ordenadores personales, HP sigue los pasos de IBM, que vendió su negocio de PC a la compañía china Lenovo en 2004 para concentrarse en los servidores, en el software y en los servicios para el mercado empresarial.

"En cierto modo, estas dos operaciones ponen el punto final a la transición del hardware a un escenario basado en el software -y en los servicios-, en el que el dispositivo que ofrece un servicio no es tan importante -ni rentable- como el propio servicio", dijo Levy. "La tendencia ha ido creciendo durante años, a medida que los márgenes en los equipos se iban haciendo más apretados", añadió.

"Aunque todavía es posible construir un negocio rentable vendiendo equipos, la rentabilidad y su limitado potencial de crecimiento futuro son a menudo insuficientes para los inversionistas nerviosos", dijo. "El paso de HP confirma, por si no estábamos ya convencidos, que la caja en sí ya no importa", añadió. "Es el valor del software el que hace funcionar esa caja y los servicios prestados a través de ese software, lo que ahora es más importante y rentable", agregó.

Stallman: El meollo del software libre no es técnico, es ético y político

El Periódico de Guatemala

Durante su estadía en Guatemala y como parte de las actividades del Congreso de Estudiantes de Ciencias y Sistemas (COECYS) en su conferencia titulada "Copyright versus Comunidad", Richard Stallman realizó una retrospección sobre temas de propiedad intelectual, patentes y los fundamentos de un movimiento como el de software libre.


En más de una ocasión hizo énfasis en los aspectos éticos y políticos de este movimiento donde más que algo técnico, se pretende privilegiar la libertad de los individuos. Asimismo, opinó respecto de las nuevas formas de "rebeldía" digital, Anonymous incluido.

¿Por qué dice que las patentes constituyen una amenaza?

-Porque una patente –en cualquier campo– es un monopolio impuesto por el Estado a la práctica de alguna idea. La patente es un documento y describe una idea que nadie puede usar sin pedir permiso.

El problema y el motivo teórico de las patentes es fomentar la publicación de descripciones de ideas, para que puedan usarse más tarde, cuando la patente venza. Esta idea teórica podría ser buena si funcionara, pero no funciona así. En el campo del software, o quizás en algunos campos, porque no soy experto en la fabricación de objetos físicos, pero sí soy experto en la fabricación de software, un gran programa puede combinar miles de ideas.

Si solo un diez por ciento de las ideas en el campo son patentadas, esto significa que en este gran programa habrá cientos de ideas patentadas, en otras palabras, cientos de demandas potenciales al desarrollador del programa por el código que ha escrito. Es casi imposible desarrollar software en tal ambiente.

Entonces las patentes en informática son obstáculos al desarrollo y con tantas patentes y con tantas ideas en cada programa, escribir un programa grande es como cruzar un campo de minas. Por lo tanto el sistema no sirve su propósito. Quizás en otro campo, no sé, pero en software no. Hace falta eliminar las patentes de software en los países que han cometido el error de aceptarlas. Y otros países deben evitar ese error.

¿Y cuál podría ser una alternativa para organizar...?

– No hace falta. Las patentes informáticas fingen ser la solución para un problema que no existe. Solo hacen mal. Cuando en Estados Unidos no había patentes informáticas, no se veía ningún problema que, para corregirse, necesitara de patentes informáticas.

Una de las críticas que a veces se le hace al software libre en el entorno empresarial es que dependen de una comunidad, y a veces ésta es un poco anárquica…

-Sí es. Ese es el aspecto anárquico del software libre. Pero ¿por qué molesta eso?

¿Eso no lo hace menos efectivo?

– Puede ser, pero cada uno es libre.

Pero entonces ¿esto no lo debilita para una aplicación empresarial que necesite de un soporte más estable?

– No, no. No es verdad. Primero, el soporte en el software libre aventaja al del software privativo, ya que este último puede ser un monopolio. En este último, solo el desarrollador tiene el código fuente, por lo tanto, solo él puede corregir cualquier problema. Pero con el software libre el soporte es un libre mercado. Es fácil de entrar si tienes el talento.

Entonces para un usuario que quiere buen soporte y está dispuesto a pagarlo, puede conseguir un mejor soporte por su dinero con el software libre. Con este hay un soporte gratuito de los voluntarios, pero (que por lo general) no garantiza nada. El usuario puede preguntar y conseguirá una respuesta, o no, porque nadie le debe nada. Pero también tiene la opción de pagar soporte. Hay muchos en la comunidad dispuestos a vender soporte.

Usted habla de la libertad que puede brindar el conocer “el código“ de un programa pero para el usuario final de cualquier software, esto suena bastante ajeno…

– No debería, porque puede ser igualmente la víctima de funcionalidades malévolas, y su única defensa es exigir que su software sea libre. El usuario no programador no sabe investigar el código fuente ni cambiarlo, entonces no será él quien detecte algo malévolo ni quien lo corrija. Pero los programadores en la comunidad, defendiéndose del malévolo defienden también a los demás usuarios.


¿Por qué el software libre podría ser más efectivo que el restrictivo?

– No lo digo yo. Los de código abierto pueden decir eso. No yo. Lo que digo es que es un error juzgar programas solo según su utilidad práctica y no según su ética, no según su respeto o falta de respeto a su libertad. Es que el juzgar los programas así es no valorar la propia libertad, y el que no valora su propia libertad tiene gran probabilidad de perderla pronto.


Un tema sensible respecto al desarrollo de software libre es cómo hacerlo rentable. ¿Cuál considera que sería una opción?

– No necesitamos que sea rentable. Porque muchos comienzan en este punto a intentar convencernos de que aceptemos programas privativos. Pero esto implica que renunciemos a la libertad. Prefiero nada a un programa privativo.
Es muy importante reconocer que financiar el desarrollo de software libre aunque es útil no es imprescindible, no es un requisito para vivir en libertad. Porque la libertad a veces exige un sacrificio. A veces exige sacrificios grandes. Pero en el software, afortunadamente, solo exige pequeños sacrificios: aceptar soportar una incomodidad. Todo el mundo puede soportar eso.

Entonces ¿cómo ganar dinero desarrollando programas libres?

– Hay empresas grandes que financian el desarrollo de software libre y hay pequeñas empresas de desarrollo de software libre cuyo negocio puede basarse en desarrollar soluciones. Una solución para cada cliente. Entrega su solución como software libre, y en el proceso la mejora, la extiende y puede escribir código específico para un cliente.

¿Cree que es posible extrapolar o aplicar la filosofía del software libre a otras áreas como el periodismo?

– No sé. Hay un sitio, Wikinews, que intenta hacerlo y parece hacerlo más o menos bien. Pero lo que no hace es investigación. Aunque hay que reconocer que la mayoría de los periódicos hoy en día tampoco hacen mucha investigación. Han más o menos abandonado la investigación. Entonces, [preferiría] dar dinero a un periodista investigativo independiente. Y que muchos otros también lo hicieran. Pienso que es necesario. Pero entonces, no sé cuánto se aplica al periodismo.

Los medios luchan por encontrar un modelo conveniente para distribuir y rentabilizar su información. Prevalece el de las noticias abiertas para todos para leer, descargar y compartir. Pero el problema es que los medios sienten que eso está llevando a la ruina económica…

-Sí pero ¿para qué sirve un medio que exija a sus usuarios identificarse? Para mí no sirve de nada porque no tengo acceso. En mi sitio personal pongo muchos enlaces a artículos periodísticos, pero solo los que están accesibles sin identificarse.

Si exige identificarse, no puedo verlo ni poner enlaces. No me identificaré nunca para leer nada ni para escuchar nada. Pagar no me molesta. Si aceptaran pagos anónimos, y si entregaran los artículos sin candados digitales, sin contratos injustos, podría pagar, estaría dispuesto a pagar. ¿Cómo no? Trato de convencer a los medios de ofrecer la oportunidad de pagar anónimamente, y sin licencias restrictivas.

¿Quizás usando alguna licencia Creative Commons?

– También, eso sería mejor aún, pero no lo exijo. Solo exijo que no sea peor que el periódico en papel. Si respeta mis derechos menos que un periódico en papel, nunca lo usaré.


¿Qué opina de la neutralidad de la red?

– Es muy importante. Pero los que promueven y defienden la neutralidad de la red no lo hacen suficiente. Porque la red no debe aplicar leyes a sus usuarios técnicamente, porque esas leyes pueden ser injustas.

¿Y de movimientos como Anonymous?

– Lo que Anonymous hace es protestar en las calles y las tiendas de la red, como otros hacen físicamente en las calles y las tiendas de la ciudad. A veces es incómodo tener protestas en la ciudad pero cuando juzgamos las protestas tenemos que considerar por qué se está protestando y Anonymous suele protestar contra cosas muy malas y dañinas a la libertad.

¿Aunque atenten contra la propiedad privada?

– No me importa mucho. Tampoco hacen mucho daño a la propiedad privada.

No más que cuando es físicamente, digamos.

– Exacto. Es como las protestas de ocupar una tienda durante una hora. Porque Anonymous no destruye. Ocupa, pero no destruye.

¿De qué otra manera cree que la filosofía del software libre puede transformar la sociedad?

–No sé, porque directamente se aplica a un solo asunto: el asunto de uso de software en la sociedad, y no pretende transformar otros aspectos de la sociedad. Puede facilitar la protección de los derechos humanos generalmente, porque usamos software en muchos aspectos de la vida y si perdemos nuestros derechos humanos en el software sería más difícil defenderlos en otros aspectos. Pero no es transformar la vida sino evitar que se transforme para mal. Pero transformar la sociedad no es la meta, proteger la libertad es la meta.

La nueva y creciente brecha digital

Crítica Pura

Cada vez existe un consenso mucho más amplio acerca del acceso a internet como un derecho fundamental, sin embargo a pesar de este consenso y de las políticas públicas en el mundo encaminadas a darle cumplimiento, parece que en otros terrenos sigue creciendo la brecha digital ya no por el acceso sino por las limitaciones a éste, al interior de la ONU se ha impulsado la visión del internet como derecho fundamental, así también países como España y Finalandia han declarado el acceso a la banda ancha dentro de su cartera de derechos, en las metas de la agenda digital europea se contempla como meta el acceso universal.

Lo anterior suena muy bien y la mayoría de los comentócratas-expertos se han focalizado en los beneficios del acceso a la banda ancha, y no los culpo, siempre hay que recordar la importancia de los temas en los que creemos. Sin embargo existen por lo menos dos aspectos mucho menos alegres, el primero tiene que ver con los desconectados (el lado oscuro de la ley de Metcalfe) pues no el tema de exclusión, en palabras de Tongia y Wilson: “entre más personas dentro de la red disfruten sus beneficios, los costos de exclusión crecen de manera exponencial para los excluidos”. El segundo se puede identificar como el reconocimiento que no toda la conectividad es creada igual ni genera las mismas oportunidades; dónde, cómo y qué dispositivos y tecnología uses determinará tu experiencia de acceso.

La verdad encuentro cada vez más compleja la igualdad digital. El acceso por sí mismo es condición necesaria pero no suficiente para lograr una cancha igualada en las oportunidades digitales. Es incluso paradójico pues la revolución que ha significado el internet (más información para más personas) supondría la abolición de las desigualdades sin embargo nuestra red, en su edad media está sufriendo una especie de involución cuyo motor es el principio de querer controlar lo incontrolable.

Estas desigualdades provienen no del acceso sino de los dispositivos, las tecnologías usadas, el precio pagado, las funciones permitidas etc.

Brecha digital 101

La cosa es la siguiente, tradicionalmente la brecha digital se entiende como: “dos clases de personas: las que están conectadas y las que no” es decir, el acceso; pero es tanto como decir que la cobertura universal del seguro popular (es decir al 100%) realmente garantiza un sistema de salud eficiente para todos, es mucho más complejo que ello, pero es importante.

De acuerdo a la ITU el promedio de penetración de banda ancha es de 23% en los países desarrollados, mientras en los países en vías de desarrollo es de 4%. Con cifras de la OCDE en el rubro de penetración Dinamarca, Países Bajos y Suiza se encuentran en los primeros lugares y México en uno de los últimos

Digamos que esta parte de la brecha se puede acortar con infraestructura y una política pública integral y adecuada al respecto, lo preocupante es la otra brecha digital que no tiene que ver “con los tubos” sino con lo que pasa adentro de éstos. Muchos proveedores de servicios de internet a lo largo de Europa, Reino Unido o EEUU; han ido transformando su oferta de manera que no todos pueden acceder a lo mismo a través de bloqueo a sitios que pudiesen generar tráfico alto como los P2P (como el ISP Free en Francia) o como la segmentación de precios de acuerdo a los servicios (como lo hacen KPN en Alemania y PlusNet en Reino unido) hasta el corte de servicio al exceder “X” número de GB (EEUU).

Existen diversas prácticas que acentúan esta nueva brecha. Una de ellas es el Subsistema Multimedia IP (IMS por sus siglas en inglés) este herramienta en evolución reconfigura el principio de extremos de internet y “rompe” la red para asignar costos distintos a los servicios y aplicaciones que accede el usuario (otrora ilimitados). Otra herramienta es la Inspección Profunda de Paquetes (DPI por sus siglas en inglés) que se usa para monitorear, identificar e incluso bloquear tipos específicos de paquetes de datos (violando el principio de neutralidad de la red) esta herramienta no sólo es usada por distintos operadores en Europa sino por gobiernos autoritarios para bloquear a los usuarios como da cuentaOpenNet Initiative.

Sumado a lo anterior los entornos de desarrollo cerrado como iPhone no ayudan, han vuelto a los equipos terminales no programables y que sólo ejecutan apps determinadas. Con ello se pone en desventaja a aquellos usuarios que sólo son capaces de pagar una conexión móvil a través de su iphone vs. contra quienes pueden pagar una conexión terrestre con su computadora. A diferencia de los “padres del internet” y su espíritu innovador, hoy los proveedores están enfocados a vigilar y controlar cada fase de “su” red.

¿Entonces?

Por un lado tenemos a los gobiernos reconociendo el papel del internet para una sociedad más informada, igualitaria y con pleno ejercicio de su ciudadanía y por el otro la tendencia de controlar lo que allí pasa a través de los proveedores de servicio, recientes innovaciones han demostrado que se puede transitar a modelos híbridos entre ISP’s y modelos de control de usuarios localizados, por ejemplo:

  • Serval Project: plataforma para usuarios de android que permite comunicación gratuita a través de los dispositivos usando distintas redes, de manera que sea posible la comunicación sin importar las circunstancias.
  • GNURadio: software de desarrollo que permite procesamiento de señales para generar radio a bajo costo.
  • OpenBTS: plataforma open source que usa GSM para potencialmente construir redes de celular gratuitas o de bajo costo.

En conclusión podemos notar la necesidad de reducir la compleja brecha digital surgida a partir de la exclusión de los no conectados y la desigualdad en los servicios de los conectados. Si bien el acceso universal es una meta deseable y necesaria no es suficiente si las otras brechas digitales siguen creciendo. Se debe garantizar un internet parejo e igualitario a través de respetar sus principios fundamentales, de lo contrario de nada servirá estar conectados universalmente si el flujo de información es asimétrico, controlado y censurado.