Productividad, nivel salarial y economía del conocimiento.

J Moya

La productividad el nivel salarial y la competitividad, se presentan en el momento actual como conceptos de serios debates enmarcados en la inminente necesidad de afrontar reformas estructurales de los mercados de trabajo. Debates internos que surgen de posiciones de analistas económicos del seno sindical que abogan por políticas de dialogo social, véase Antonio Ferrer Sais, en el dominical del País 24 de enero, basadas en cuanto a que los salarios son estabilizadores de la economía y pueden contribuir a estimular la demanda en este momento deteriorada y a mantener y recuperar el empleo. Mientras que por otro lado se mantiene que los salarios reales no deben subir cuando se reduce el crecimiento del PIB, y por ello son el principal indicador de la rigidez a la evolución del ciclo económico y del empleo, y también que estas subida de los salarios reales son causa de que en España y en otros países afectados por la crisis se pierda Empleo.

Las posiciones internacionales, son más claras, en cuanto a economías como la española, desde las advertencias del FMI, que preconiza la necesidad de bajar precios y salarios con efectos similares a depreciar la moneda, y cuyo instrumento de política monetaria que como es sabido no es ya posible en el marco del euro, siguen argumentos de apoyo a estas posturas seguidos por analistas reconocidos lease los informes del banco suizo UBS, sobre la economía española, y por economistas de la talla de Kruman, que manifiesta la necesidad de recortar los sueldos en España un 10% hasta 2019.

En el marco del dialogo social reiniciado se ha conseguido sacar la foto de los representantes sindicales y los empresarios. Con un acuerdo para la negociación colectiva en seis meses, y una subida salarial del 1% para el año 2010.

Nos centramos en los debates internos, pero resaltamos que la ideas básicas que se desprenden para nosotros son debidas a la medición de las variables que intervienen en los análisis, y a la falta de consideración de la dimensión del impacto tecnológico al respecto de lo que esta ocurriendo en el sistema productivo, la creciente automatización de procesos, que se están dando en las economías plenamente llamadas ya del conocimiento, hacen desaparecer ciertas tareas rutinarias del trabajo, en nuestro país se tiene que competir con los salarios dados por la negociación colectiva, por lo que institucionalmente no es posible una bajada de los mismos debido a la estructura salarial.

Si observamos donde se relacionan la productividad y los salarios, que es en cualquier estructura de costes en la industria aunque menos en los servicios, nos hemos acostumbrado a competir con una reducción de costes marginales que se traslada a los precios, pero con la introducción de innovaciones tecnológicas, cuyos efectos directos son radicales y parten de estructuras de costes salariales nuevas y cuyos efectos indirectos, dicho sea de paso, crean un aumento de la demanda como consecuencia del impacto tecnológico, esto junto a hechos económicos como la globalización y los cambios en los parámetros de consumo y la crisis de caja, convierte que el flujo entre la demanda y la oferta, se realice a través de los mecanismos innovadores, que son los únicos que actualmente se traducen en aumentos de la productividad y de la competitividad, de esta forma quien se apropia de esa mejora de eficiencia, que puede ser el factor trabajo, se apropian de la mejora de eficiencia, y lógicamente esto no puede ser objeto de negociación colectiva la mayoria de las veces, por lo que se producen en la crisis económica incrementos salariales, que son evidentemente para los trabajadores que estan aplicando los procesos innovadores, en definitiva los trabajadores de la economía del conocimiento.

Las relaciones de productividad en la economía del conocimiento, se dan entonces en segmentos de empleo que en España están quedando fuera de la negociación colectiva, y ponen en riesgo aún más el sistema de salarios, se puede partir también de la reafirmación de la fuerte relación ya constatada causa-efecto entre crecimiento de la industria y de la economía, y entre el crecimiento de la producción industrial y el crecimiento de la tasa de productividad, lo que explicaría que los costes decrezcan, ahora, cuando los aumentos de la productividad se basan entre otras cosas en las capacidades y habilidades del trabajo en la innovación y en la flexibilidad no debe haber duda de que uno de los fundamentos de la alta productividad es el trabajo.

La evidencia empírica internacional sugiere una clara correlación a largo plazo entre el progreso tecnológico y el aumento de la ocupación y de los salarios relacionados con los usos intensivos de las TICs superiores al resto de las actividades (OCDE 1998).

Si la pérdida de empleo se concentra en los trabajadores que no son del conocimiento, esto es de la industria y servicios tradicionales y anclados en la vieja economía en su atraso formativo, vinculado al cambio técnico, aunque la negociación colectiva, prevea una subida de salarios aunque sea mínima la caída de salarios será más real que la subida pactada, porque no olvidemos como ya hemos apuntado, que en en el final de esto hay una relación laboral que es individual y es hay donde se van a establecer los salarios.

Parece que no se tengan en cuenta, la productividad del factor trabajo que se obtiene de una relación negativa, del coeficiente de producción sobre los costes salariales, es decir, si crecen los salarios habría menos productividad, por lo tanto, que puede estar ocurriendo en las economías, que crecen con tasas negativas de productividad. Si el aumento de los salarios es inferior al crecimiento de la productividad, significa que los costes salariales crecen por debajo de lo que lo hace la productividad, tendríamos que los costes descienden y estaríamos consiguiendo economía de escala, esto es lo que ocurre con la industria de la información y en la mayoría de las economías, EEUU, Centro y Norte de Europa, pero no así en España, que también se pueden dar situaciones sorprendentes, crezca el empleo relativo de trabajo del conocimiento, pero se reduce el empleo de comerciales, y trabajadores de oficinas, y donde se crea empleo es en la industria manufacturera de uso intensivo de trabajo no cualificado, esto ocurre en Italia, por efectos de los incrementos de las exportaciones, Italia es una economía exportadora, aunque los mayores niveles salariales se dan en el trabajo cualificado, donde Manasse y otros encuentran evidencia de que el efecto de la globalización ha expandido su demanda haciendo crecer en definitiva su economía.

Señalar los efectos negativos que en estos momentos puede comportar para la economía la falta de adecuación entre el nivel de calificación en la oferta de trabajo y lo que demandan las empresas, pueden ser, efectos sociales, con la generación de desempleo, la generación de desigualdad salarial, si las empresas demandan trabajadores cualificados y estos no lo están, o no estan disponibles, las empresas encuentran dificultades en la contratación del personal que necesitan por causa de la cualificación, ello podría hacer incrementar los salarios de los trabajadores cualificados de manera ficticia, de forma que se crearian polaridades y segmentaciones entre con la comparación salarial del trabajo cualificado y no cualificado.

Por último indicar que los análisis internacionales, abundan en los efectos macroeconómicos de ello, si aumentan los salarios generalizadamente, se aumentaría la duración de la crisis porque se incrementan los precios, las autoridades ejecutarían una política de freno y se reduciría el empleo. Se señala que ello podría producir problemas de desempleo estructural, que se define como “desajuste grave entre las características de los puestos de trabajo vacantes y el nivel de formación de los trabajadores, no estaríamos hablando de desempleo tecnológico, también es desempleo estructural, el desajuste grave igualmente, entre las características relevantes de los puestos de trabajo, por ejemplo localización geográfica y lugar de residencia de los trabajadores.

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