°William Zavaleta
Son pocos los autores que se
niegan acepar la naturaleza de los cambios en el aparato productivo
internacional y por tanto la función del conocimiento en ella, más propiamente
el capital intelectual, entendida esta como las capacidades humanas,
estructurales y relacionales para generar economía.
Quedan otros temas para la
discusión, como el alcance de estos cambios, si los mismos se limitan a
fortalecer la economía industrial o si estos representan el paso a una
civilización superior, en la dimensión de lo que significó el paso de la
economía agraria a la economía industrial. Me inscribo con los autores que
aceptan esta perspectiva superior por las múltiples variables evidenciadas al
respecto, entre ellas: el mayor número de trabajadores y el mayor PBI en el sector servicios, a nivel global.
Si aceptamos la dimensión mayor
del cambio, se coloca en agenda académica las características económicas,
culturales, educativas, que han de perfilar al nuevo estado a construir para
esta nueva economía , influenciadas desde la perspectiva capitalista o
socialista según sea el caso.
La identificación de los
elementos estructurales que caracterizan a un tipo de producción nos
ayuda a clarificar el fenómeno productivo que estamos describiendo,
así como en la creación de los
instrumentos necesarios para perfilar el estado para la economía del
conocimiento. Se debe tener presente que
un tipo de producción tiene sus elementos estructurales como el medio de producción central, el tipo
de bienes, los sujetos productivos, siendo para la economía industrial las
máquinas, los bienes tangibles, el obrero y el empresario industrial, mientras
que para la economía del conocimiento lo
son el capital intelectual, los bienes intangibles (bienes físicos cuya
estructura de valor es mayoritariamente intangible, los servicios), el trabajador de conocimientos y el
empresario de empresas de conocimientos. Como se ve, no atribuimos la economía
de conocimientos solo a la producción de
bienes de alta tecnología, si no consideramos a la misma una manera de
producir caracterizados por sus elementos estructurales, ubicando, entre otros,
a
las empresas de servicios de alto y bajo valor agregado, de la misma manera que
consideramos como producción industrial a la gran empresa y pequeña empresa
industrial.
Entendida de esta manera, los
criterios económicos que postulamos
adoptan una mayor perspectiva, situación que nos invita a la
investigación y a la creación de instrumentos y aplicaciones necesarias para
esta economía del Siglo XXI.
De las aplicaciones desarrolladas
por el suscrito que fueran presentadas en entregas anteriores, se encuentran:
- Elaboración de Problemas de
Aplicación matemática basados en los conceptos y la fórmula del Capital Intelectual
presentada por Edvinsson y Malone
- Cálculo del Valor Monetario
del Capital Intelectual de un egresado universitario de una universidad de
primer nivel para un país desarrollado, emergente y subdesarrollado.
- Cálculo del Capital Intelectual
Acumulado para un Profesional en un tiempo
“t”
- Desarrollo de la Innovación
Derechos de Transferencia Laboral (DTL), que se refiere al pago de
la institución o empresa receptora laboral de un profesional,
a la institución o empresa transferidora, por el prestigio, la formación,
adquisición y desarrollo de competencias
profesionales generadas por las realizaciones
de la institución.
Hasta allí, las ideas y propuestas
desarrolladas son conocidas por profesionales
y estudiantes con los que he
interactuado en el largo camino para elaborarlas, los cuales debo de mencionar han
contribuido con sus críticas y aportes al fortalecimiento de las mismas.
Ultimamente, con mayor precisión, en los dos últimos años, nuevas ideas se
presentan como nuevos desafíos, entre ellos como conseguir que el capital intelectual
de un profesional sirva de garantía de crédito de la misma manera como lo es el
capital tierra y el capital máquina para las economías agraria e industrial
respectivamente, como elaborar un modelo
de crecimiento económico basado en capital intelectual, cuales
deberías ser las características del modelo educativo para una economía del
conocimiento, la relación entre El Capital Intelectual y la Responsabilidad Social,
etc. Sobre estos temas y otros que pudieran plantear los interesados en los
mismos, manifiesto mi disposición al debate, investigación y/o creación, a los cuales espero aportar en una siguiente
publicación.
° El
Autor es Magíster en Desarrollo y Gestión e Ingeniero Ambiental. Docente en
el Antegrado de la Facultad de Ingeniería
Económica y el Posgrado de la
Facultad de Ingeniería Ambiental de la Universidad Nacional
de Ingeniería. Investigador en Economía y Gestión del Conocimiento.
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