Santiago Bilinkis: “Las computadoras serán más inteligentes que los seres humanos”

Por Mariano Blejman
Página 12, Argentina

Si en algo pueden parecerse un economista que estudia tendencias sociales y un científico que piensa cómo será el futuro es en que, por lo general, ninguno de los dos acierta. Santiago Bilinkis es un economista argentino emprendedor (antiguo dueño de OfficeNet) con gran prestigio en el mundo de Internet. Acaba de participar de un programa en Singularity University, dentro de la Nasa, donde se trabaja en las sociedades del mañana. Sin embargo, su escepticismo apologético sobre el futuro de la humanidad lo convierte en un extraño caso de hombre creíble. “Los seres humanos no estamos preparados para los cambios que vienen”, dice, convencido de que el futuro como plantea la Singularity University es inevitable.

De no tratarse de Bilinkis, nadie por estas pampas creería lo que dice. Porque la “data” que “se bajó” de sus tres meses por Singularity University rompe con el ego entero de la humanidad en una hora de conversación. Bilinkis puede decir cual John Connor de Terminator que “los seres humanos serán una subespecie frente a las máquinas”. Pero no pareciera estar dispuesto a luchar contra eso. Incluso habla maravillas sobre la teoría desarrollada por Robert Freitas y propagada por Ralph Merkle, sobre la posible capacidad de la nanotecnología de construir células rojas robóticas autopropulsadas que permitirán a las personas vivir 140 años. Bilinkis dice, por ejemplo, que la NASA está pensando en colonizar Marte como una mera cuestión poblacional (en unos años la especie humana no entrará en la Tierra), que piensan “imprimir” naves en 3D directamente en el espacio exterior, que los médicos serán algo así como “input device” (aparatos para ingresar datos) y que la manipulación genética producirá nuevos razas humanas con “geno-ricos” y “geno-pobres”.

Internados

Aunque Internet sea el mayor aspecto del futuro que puede encontrarse en el presente (ver aparte), hablar sobre su evolución parece un tema mundano después de escuchar a Bilinkis. Sobre todo, cuando él mismo le dijo a Seth Shostak del SETI Institute que “no hay nada tan especial acerca de nuestros cerebros que no pueda ser replicable en un medio distinto” y que las máquinas van a hacer cosas que nosotros “ni siquiera podamos imaginar”. Para Bilinkis, no se trata sólo de “mejorar” la especie humana -como propone Kevin Warwick, un profesor de cibernética de Inglaterra- sino de crear sistemas más complejos que el cerebro: no sólo más veloces, sino más inteligentes. Y todo esto suele afirmarlo en el medio de la dispersión mental, mientras acompaña la conversación en su casa en Palermo Chico al lado de una buena cantidad de merchandising de los Green Bay Packers en el Super Bowl, que acaba de traer de Estados Unidos.

Mientras habla, Bilinkis reflexiona sobre el impacto de Internet en la mente humana. “Vengo sintiendo el impacto enorme que la red está teniendo sobre mi manera de pensar. No en el sentido de mi ideología sino en los mecanismos de mis pensamientos. Siento cierta alteridad con mi propia mente. Ella cambió de una determinada manera pero yo no hice el ‘catch up’ cognitivo para entender lo que está pasando.” Bilinkis se refiere a la incapacidad de concentrarse, aun teniendo a las mentes más brillantes del planeta en frente, como le pasó en Singularity University. “Estábamos todos escuchando a los grandes genios de la humanidad, mientras seguíamos posteando en Twitter, Facebook o leyendo alguna otra cosa”, dice.

Perpleja fascinación

La extraña combinación que pueden ofrecer la perplejidad y la fascinación por el mundo que viene impregna a Bilinkis. La ruptura epistemológica del ser humano sobre lo posible encuentra la felicidad en Singularity University: “Hasta acá, la informática y las tecnologías de la información sólo implicaron celulares más chiquitos y televisores más grandes. La esencia del mundo no es muy distinta que 50 años atrás. Pero cuando empezás a ver las tecnologías de la información metiéndose con la salud, con la información genética, creando micromaquinitas que pueden ir por el torrente sanguíneo creando componentes electrónicos compatibles con nuestra biología para reemplazar parte del cuerpo, cuando se piensa en la tecnología metiéndose en lo que somos, uno se da cuenta de que el mundo puede cambiar más de lo que cambió en los últimos cinco mil años”.

-¿Y cuál es la percepción interna en Singularity?

-En Singularity son tecno-optimistas a ultranza. Yo soy un pesimista. Ellos son apologistas. Tiene un lado buenísimo porque tienen ese entusiasmo a prueba de bala, y tiene un lado complicado porque no ven el lado riesgoso. Yo estaba constantemente saltando de un lado al otro. Me imagino la oportunidad de reemplazar partes de nuestro cuerpo por otras que son bioelectrónicas que funcionen mucho mejor y nos den sentido a nuestra vida o habilidades que jamás tuvimos y, por otro lado, en este mundo hay vacunas que no llegan a quien las necesita. La biotecnología puede producir diferentes razas de humanos. Ya no por referencias exteriores sutiles…

-Geno-ricos o geno-pobres, decía…

-Si como humanidad no somos capaces de generar ciertas cosas que no creo que podamos hacer, vamos a crear un mundo muy jodido. Bastante apocalíptico desde las visiones apocalípticas de la ciencia ficción.

En Singularity University, Bilinkis trabajó durante seis semanas escuchando una serie de charlas “una más sacudidora que la otra”, entre los que estaban el genio de la robótica Dean Kamen; Vint Cerf, el padre de Internet y Dan Barry, uno de los más lúcidos investigadores en inteligencia artificial. Luego tuvo cuatro semanas para montar un proyecto para solucionar los grandes problemas de la humanidad. Tenía que elegir entre el agua potable, la contaminación, la cuestión de la energía, la exploración del espacio y el aumento en la producción de alimentos de manera sustentable. Durante ese tiempo, también tuvo contacto directo con los creadores de Singularity Ray Kurzweil y Peter Diamandis.

La singularidad

El científico Ray Kurzweil, autor del libro The singularity is near (La singularidad está cerca), piensa que en un plazo no mayor a veinte años podremos “decodificar” el software del cerebro. Hecho esto, si la comunidad científica puede “escribir” ese código, entonces puede replicar su comportamiento. No sólo comprender sus acciones y reproducirlas, sino crear un organismo capaz de sentir y pensar. Kurzeil dice que en este mismo período, la industria será capaz de fabricar computadoras con la misma capacidad que el cerebro, y que una computadora pasará el test de Turing -para definir si es inteligente en sentido humano- en el año 2029 (si es que en 2012 no se acaba todo, claro). En unos pocos años, las computadoras serán más inteligentes que los seres humanos, incluso para crear nuevas computadoras que ya no dependerán del ingenio del hombre sino del ingenio de otras computadoras. Debido a los avances en nanotecnología, la raza humana se fusionará con las máquinas y en el año 2045 se producirá la “singularidad” (de allí el nombre de la Universidad). Según Kurzweil, quienes lleguen con vida a ese año… no morirán.

La teoría apologética de Kurzeil ha sido altamente discutida, tanto porque se duda sobre la posibilidad de seguir acelerando la capacidad de los procesadores como porquienes piensan en el ser humano como un objeto inalcanzable. Durante las clases, Bilinkis -admitiendo que era uno de los problemas más lejanos para la Tierra- se acordó de su infancia mientras sucedía la Guerra Fría y decidió trabajar en el área de exploración espacial en la Nasa, tal vez en busca de la perra Laika. Si bien el eje de Singularity está puesto en inteligencia artificial, robótica, nanotecnología, medicina, neurociencia, redes y sistemas computacionales, Bilinkis cree que Internet es el lugar donde todo sucederá y que ya no se puede desconectar. “En una charla sobre Internet of Things (Internet de las cosas), David Orban reflexiona cómo será el mundo cuando cada objeto que usemos esté conectado: el microondas, la heladera, la ropa, las zapatillas, cuando todo lo que hagan los seres humanos sea monitoreado, sea guardado, y cuando los dispositivos se comuniquen entre sí podrán modificar sus comportamientos. ¿Mi manera de verlo? Es promisorio y peligroso”, dice.

Volviendo a esta mundana tierra, Bilinkis dice que si algo está cambiando Internet, las redes sociales y los dispositivos móviles es la capacidad de evaporar cualquier tipo de mito: “Vivimos en un panóptico. Todo queda ampliamente documentado por cámaras de alta resolución. Los mitos, los ovnis, el monstruo del Lago Ness, el Hombre de las Nieves, si existieran ya los hubieran filmado. Esto no era cierto hace cinco años. Pero en el último lustro habría quedado tan extensamente documentado que hoy parecen inverosímiles. Si no hay 38 mil fotos en Flickr, el evento no existe”, sentencia y redobla: “Piense en el tsunami de Japón”.

-Bueno, hay una comunidad boliviana que no tiene contacto con el resto de su país. Habría que ver si se ven en Google Maps…

-Está bien, y en el norte argentino hay gente viviendo en las mismas tierras que 500 años atrás. Hay muchos mundos en este mismo mundo.

-Por otro lado, la privacidad finalmente no era un tema importante para las sociedades modernas. Recuerde el escándalo que se hacía cuando alguien abría una carta. El e-mail da miles de posibilidades de ser abierto, trackeado, y nadie se queja.

-La gente que tiene 40 años, mis amigos, se resiste mucho a que sus fotos estén en la web. A la generación que tiene 20 años le parece ridículo no hacerlo y mi cabeza está con los de 20. Creo que la privacidad es un valor del pasado y hay que aprender a vivir sin él. Cuando veo que algo cambia, me guste o no, me tiro de cabeza al cambio.

Hace unas semanas, Bilinkis se compró un Kindle, el dispositivo de Amazon para leer libros electrónicos. “Estaba leyendo un libro, lo dejé por la mitad, me lo compré digital y decidí no leer más en papel”, dice, mientras señala su biblioteca analógica y dice que ahora será algo así como una pieza de museo. Sin embargo, no se acostumbra: “Me siento super incómodo con el Kindle. Pero quiero estar preparado para cuando esto suceda. Si lo pensamos bien, el libro en papel es un objeto ridículo. Se imprime una vez y queda así. La edición revisada no se puede tocar, tiene cero grado de interactividad, todo eso lo vuelve absolutamente obsoleto como soporte. No la literatura, claro. No la no ficción, no la novela, sí el libro como soporte”.

Es cierto que la nostalgia como modelo de negocio es bastante absurda. Casi ninguna empresa funciona sobre el recuerdo, sino sobre la satisfacción de un deseo. Pero el capitalismo en cualquiera de sus formas promete una buena inversión allí donde pueda generarse una nueva escasez. “Como no voy a frenar el avance, me sumo lo más rápido posible”, dice Bilinkis, quien cree que estas sociedades están subestimando la magnitud de los cambios que vienen. “No se imaginan ni remotamente lo que van a ver dentro de 20 años. En los años ‘50, la gente que estaba en la cresta de la computación se equivocó ridículamente sobre el futuro. Decían que en 2004 las computadoras personales iban a ocupar una habitación entera, entre válvulas y transistores. No pudieron imaginar ni remotamente lo que venía. Si yo pregunto qué va a pasar en 50 años con la medicina, nos vamos a equivocar groseramente.”

-Casi como un economista…

-La futurología es otra área donde estamos mal como especie.

Inteligencia artificial

A contrapelo de otras ciencias sobre las que no se esperaban grandes avances, en inteligencia artificial la decepción tiene que ver con la fascinación tecnocrática impulsada por Marvin Minsky, que proponía una inminente capacidad de interpretación de las máquinas. “Se cometió un error contrario en este campo: pensó que las cosas iban a pasar más rápido de lo que terminaron pasando. Hoy hay un desencantamiento con la inteligencia artificial, pero estamos cada día más cerca. Cuando uno habla de máquinas con sentimientos lo miran con ojos desorbitados, pero mejor que nos acostumbremos porque hay cosas que están por suceder.”

Hace poco tiempo, la computadora Watson de IBM compitió en Estados Unidos contra los dos campeones del juego de preguntas y respuestas Jeopardy. Por primera vez, la computadora les ganó respondiendo preguntas de toda índole, talento hasta entonces exclusivo de la raza humana. “Son pequeños hitos de las máquinas”, dice.

-Son grandes golpes a la autoestima del ser humano.

-Si bien no hay inteligencia artificial “general”, hay sistemas expertos en cualquier campo específico haciendo las cosas mejor que cualquier ser humano. Para toda tarea definida se puede diseñar un sistema que lo haga mejor que no-sotros. Todavía no tenemos inteligencia general, pero es cuestión de seguir intentando: 10, 20, 30 años…

Human kindness

¿Qué lugar tendrá la humanidad en el futuro? Como buen economista, ni el propio Bilinkis se anima a usar una oración demasiado asertiva. “Me pone en el terreno más escabroso. Es casi imposible proyectar cómo vamos a vivir con máquinas inteligentes, con sentimientos, partes de nuestros cuerpos no biológicas. En qué sentido seguiremos siendo lo que somos hoy o seremos otra cosa. Hoy tenemos partes electrónicas en nuestro cuerpo -un marcapasos- que no cambia realmente lo que somos, pero ¿cuando uno pueda cambiarse sus sentidos? Ponerse ojos que ven demasiado lejos, escuchar lo que no se escucha o levantar pesos que no se levantan, no seremos la misma cosa que fuimos siempre.”

La curiosidad natural del ser humano por comprenderse, sumada al capitalismo salvaje, pueden ser una combinación fatal. “Aunque algunos pocos pensaban que el acelerador de hadrones podía terminar con el Universo, la comunidad científica siguió igual porque quería entender cómo diablos empezó todo. El asunto es cómo mitigamos los riesgos.” ¿Qué riesgos? Ni siquiera la memoria será una cuestión inherente al ser humano. Bilinkis cuenta otra experiencia que conoció de una compañera en Singularity: la investigadora Rosa Chan está haciendo un doctorado en la University of Southern California. Trabaja con ratas en un laboratorio para replicar el comportamiento de la memoria. Este es el ejemplo: luego de varios días de tener un comportamiento errático, una rata famélica atrapada en una caja aprende que si apreta un botón, recibe la comida. Chan estudió el cerebro, hizo un mapa de la actividad neuronal durante el aprendizaje y modificó de la misma manera el cerebro de otra rata todavía no “enseñada”. El resultado fue asombroso: la rata cuya experiencia cerebral había sido “implantada” supo sin previa preparación que apretando el botón podía acceder a la comida. Transmisión de pensamientos, que le decían en el barrio. El sueño de Matrix hecho realidad.

Venezuela por primera vez realiza un estudio de bioequivalencia de un medicamento genérico

Por: María Teresa Curcio Granado, Prensa IVIC

El Departamento de Química Medicinal del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) realizó el primer estudio de bioequivalencia a un medicamento genérico para comprobar si éste ofrece la misma seguridad terapéutica a un paciente que uno original o de referencia.

Imeria Odreman Núñez y Balentina Milano, especialistas adscritas a la mencionada unidad, estudiaron la composición de principios activos y forma farmacéutica tanto del genérico, elaborado por una compañía farmacéutica nacional, como del medicamento de marca. Los resultados de este estudio ya fueron presentados ante el ente regulador, el Instituto Nacional de Higiene “Rafael Rangel”, quien dictaminará si el medicamento genérico es o no bioequivalente.

El IVIC es el único ente venezolano con los equipos y el personal capacitado para realizar análisis de bioequivalencia en el país, servicio que se ofrece a las compañías farmacéuticas. El estudio se inició luego de que el Instituto Nacional de Higiene, organismo rector en materia de control de medicamentos que se expenden en los establecimientos correspondientes, aprobara el protocolo realizado por el Departamento de Química Medicinal, siguiendo las Normas de Bioequivalencia y Biodisponibilidad de Venezuela para los productos genéricos.

Como estas pruebas requieren la participación de seres humanos, fue necesario que el IVIC velase por el fiel cumplimiento de las normas bioéticas exigidas en Venezuela, así como el estricto apego a las normas internacionales y nacionales en materia de genéricos.
Según explicó Odreman, el protocolo consistió en un minucioso estudio hemerográfico gracias al cual se brindó una amplia descripción del medicamento y el principio activo, sus efectos adversos, su confiabilidad y cómo serían probados los productos farmacéuticos en los sujetos que por voluntad propia participarían en el estudio. Se siguieron parámetros de Argentina, Brasil y Cuba, naciones con amplia experiencia en la materia, para la elaboración de la propuesta.

También se especificaron los criterios de inclusión y exclusión para la selección de los voluntarios, sus condiciones de salud, parámetros como sexo, edad, peso y otras características específicas. Para el caso del medicamento analizado, el personal del IVIC estudió el comportamiento de las sustancias en el plasma sanguíneo de los individuos, por lo cual también se describió detalladamente cómo tenía que ser suministrado el fármaco y cómo debía ser extraída y manipulada la sangre para su posterior análisis.

El protocolo también incluyó información detallada acerca del método de validación, en donde se demuestra que es “perfectamente confiable, preciso, exacto, reproducible y que a pesar de circunstancias ambientales o de mano de obra cambiantes, el principio activo del medicamento nunca se va a degradar o sufrir algún cambio que altere los resultados, una vez obtenidas las muestras provenientes de la extracción de sangre de los voluntarios” explicó la especialista.

Tres etapas

Los estudios de bioequivalencia tienen como objetivo principal evaluar las especialidades genéricas, con el fin de comprobar su seguridad y eficacia, y a la vez garantizar al consumidor final que puede sustituir el medicamento original de mayor costo por uno genérico, mucho más económico.

De acuerdo con la Norma de Bioequivalencia y Biodisponibilidad de Venezuela, en vigencia desde el año 2006, es necesario demostrar –por distintas vías- la bioequivalencia para el registro de los medicamentos en nuestro país. Se requieren los análisis utilizando sujetos voluntarios, si la eficacia y seguridad del producto no ha sido comprobada; si el principio activo presenta determinadas características físico-químicas o de tipo farmacocinético; o si la forma farmacéutica tiene ciertas variables.

Los estudios de bioequivalencia constan de tres etapas. La primera es la clínica, en la cual ciertas dosis del medicamento de referencia y del genérico se administran a sujetos sanos o pacientes para tomarles las respectivas muestras. La segunda es la analítica, en donde se determinan con equipos especializados las concentraciones de la droga existentes en cada muestra para comprobar si efectivamente los medicamentos son bioequivalentes. La tercera etapa es la estadística, la cual consiste en la elaboración del informe respectivo sobre el estudio realizado.

Se considera que existe bioequivalencia entre el producto en evaluación y el producto de referencia cuando, suministrados en igual dosis y condiciones experimentales, no existen diferencias significativas en su velocidad promedio de absorción y disponibilidad, determinados por la comparación de parámetros cuantificables (concentración plasmática del principio activo, tasas de excreción urinaria, efectos farmacológicos según proceda), tal y como establece la Norma de Bioequivalencia y Biodisponibilidad de Venezuela.

El Departamento de Química Medicinal del IVIC es el único ente en Venezuela que puede llevar a cabo la referida etapa analítica de los estudios a genéricos. Cuando el Instituto Nacional de Higiene aprobó el protocolo para el estudio del medicamento, éste procedió al estudio analítico y estadístico. “Es el primer protocolo que se aprueba y que es realizado en todas sus fases en el país. Fue un orgullo realizar el estudio y esperamos que las empresas farmacéuticas nacionales sigan confiando en nosotros” declaró Odreman.

En efecto, estas compañías pueden recurrir a los servicios que se prestan en otras latitudes, pero “este laboratorio surge como ayuda a las empresas farmacéuticas nacionales. Un estudio de bioequivalencia en el exterior puede costar entre 75 y 100 mil dólares y en el IVIC el precio es mucho más competitivo”

Brasil postergó firma de acuerdo con EE UU en materia de patentes

Agencia Matriz del Sur

La necesidad de profundizar la discusión y aclarar algunos aspectos de un acuerdo sobre patentes entre el Instituto nacional de Propiedad Industrial (INPI) y su par de los Estados Unidos (USPTO), postergó su firma antes de la visita de Obama. La información fue suministrada por la Agencia Brasil.

EL acuerdo permitiría ingresar a la oficina de patentes del país sudamericano al programa Patent Prosecution Highway (PPH) a partir del cual los examinadores brasileros podrían utilizar los resultados de búsquedas y concesión de patentes de examinadores de los Estados Unidos.

Ávila explico que el PPH es un mecanismo sugerido originalmente por los japoneses como una solución para aliviar o backlog (la acumulación de patentes en una oficina de propiedad industrial) y evitar el colapso administrativo y la demora que esto le provoca a las empresas transnacionales en el patentamiento de sus productos en todo el mundo. “casi todas las oficinas de los países desarrollados tienen acuerdos en este molde”, justificó Ávila.

Por su parte y antes del intento en firmar el acuerdo con los Estados Unidos, hubo una queja del grupo de trabajo sobre propiedad intelectual de la Rede Brasileira de Integração dos Povos (GTPI/Rebrip). La entidad aseguró que el PPH no trae ventajas para Brasil anticipando que de firmarse ese acuerdo caerá la calidad del examen de patentes en el país.

La abogada Renata Reis, representante del GTPI/Rebrip, dijoa la Agencia Brasil que “tiene serias dudas de que las ventajas propaladas por el INPI realmente vayan a suceder”.

Renata Reis afirmó que la reducción de la acumulación de patentes sin análisis es un sueño de toda oficina de patentes. La GTPI no cree que eso será resuelto con soluciones del tipo PPH porque el 30% de las solicitudes que se presentan en Brasil vienen de los Estados Unidos. Eso no sucede en el sentido contrario. “Nosotros no presentamos en los países desarrollados un número considerable de solicitudes de patentes, entonces, en realidad vamos a recibir muchas más solicitudes del programa PPH que en el sentido inverso, dijo Reis”.

En la evaluación del GTPI, los examinadores del INPI serán presionados (como ya ocurrió con los examinadores argentinos que aplicaron un sistema similar) a seguir el examen hecho por los Estados Unidos. “Eso no es bueno para Brasil. Cuanto más patentes extranjeras tengamos, más rehenes quedamos de las empresas internacionales” afirmó.

Enfatizó que Brasil necesita realizar un análisis criterioso en esta materia, especialmente en este caso en que el país tiene pocas solicitudes de patentes nacionales y muchas solicitudes internacionales.

Ávila por su parte negó que el PPH fuera a representar privilegios para los Estados Unidos, quienes son el mayor solicitante internacional de patentes como afirma el GTPI/REBRIP. De acuerdo con esta entidad las solicitudes provenientes de Estados Unidos están en una fila paralela y dejan para lo último a las patentes nacionales y de otros países.

Algunos especialistas sostienen que esta es una maniobra para beneficiar a las empresas transnacionales que es auspiciada por los bufetes de abogados que presionan para que el acuerdo con los Estados Unidos se firme y utilizan a Ávila como aliado.

El director de la oficina brasileña reconoció que existe una fila propia en el programa PPH, pero se justificó diciendo que existe un gran problema con la acumulación de patentes en todo el mundo y su oficina está buscando “soluciones colaborativas” para examinar patentes en construcción con otras oficinas de América del Sur (que también se prestan a las maniobras de los Estados Unidos)

Para este director “El sistema bilateral de acuerdos PPH es un instrumento más en este conjunto” y consideró como natural que haya dudas y que deban aclararse antes de participar Brasil de un programa semejante.

El tema será debatido hasta que el gobierno y la sociedad como un todo se sientan seguros en relación al sistema, afirmó quien fuera acusado en el Parlamento del Brasil de defender los intereses de laboratorios extranjeros.

Cine gratuito, descargas legales

InCinema



Gracias al dominio público y a los Creative Commons, el cine de calidad y gratuito es posible

Realizar películas y ofrecerlas de forma gratuita en internet. Pese a que puede parecer desventajoso, se trata de una práctica en auge: la lista de películas lanzadas bajo Creative Commons no hace más que crecer. Por ejemplo, uno de estos proyectos, la española El Cosmonauta, trata de establecer un modelo rentable y viable de producción. Aunque se trata de una alternativa para jóvenes realizadores, las películas gratis y de calidad no son un concepto nuevo.

Porque no hay que olvidar que antes Creative Commons está el dominio público. Un bien de dominio público puede ser explotado de cualquier forma por cualquiera, siempre y cuando se reconozca la autoría del producto original: el material carece de derechos de autor. Según la legislación española (artículo 26 del Real Decreto Legislativo 1/1996) el copyright expira al pasar 70 años desde la defunción del creador. En otros países, como en EEUU, la legislación es algo más enrevesada. Aunque siempre más o menos homogénea, en virtud del Convenio de Berna para la Protección de las Obras Literarias y Artísticas (firmado por la mayor parte de la comunidad internacional). Pero que pase un tiempo tras la muerte del artista no es la única forma.

Una obra intelectual puede ser lanzada directamente bajo dominio público, intencionadamente o no. Este último caso se dió con una de las obras clásicas del género de terror, y obra maestra de George A. Romero, La noche de los muertos vivientes. Al olvidarse de incluir un anuncio de copyrighten el filme, se consideró legalmente que carecía de derechos de autor. Ahora el internauta puede descargarse la película o verla vía streaming sin cometer delito alguno.

“¡Qué bello es vivir!” fue de dominio público durante 20 años

Una creación también puede perder los derechos de autor si estos no se renuevan, como el célebre caso de ¡Qué bello es vivir! Cuando el titular no hizo nada por mantener la protección legal de la obra en 1974, cientos de cadenas televisivas de todo el mundo aprovecharon para proyectar la película sin coste alguno cada navidad. Sin embargo, Republic Pictures recuperó los derechos en 1993, terminando con esta bonanza para los pequeños medios.

Sorprende ver la cantidad de buenas (y malas) películas que son de dominio público. No es de extrañar que en internet hayan florecido grandes comunidades de usuarios y bases de datos en torno a este material. La más importante de ellas es el Internet Archive, que dispone de todo tipo de recursos, desde libros y textos a programas informáticos, pasando por música en directo y, por supuesto, cerca de medio millón de películas y vídeos. También hay portales que se dedican exclusivamente a las películas.

Pero la gran mayoría de nuevas producciones gratuitas optan por las licencias de copyright de Creative Commons. La ventaja radica en que el creador de la obra se reserva ciertos derechos (tipo de distribución, reconocimiento y reutilización del producto), por lo que cuenta con cierto grado de protección. Uno de los proyectos más innovadores es El Cosmonauta, que trata de unir gratuidad con calidad sin dejar de lado el apoyo económico: combina crowd funding (desde dos euros) con patrocinio, merchandising, inversores privados y preventas de distribución. Incluso organizaron un festival con el apoyo de Nacho Vigalondo, en el que quien pagó la entrada se convirtió en microinversor. De momento han recaudado 160.000 €.

El rodaje ha comenzado esta misma semana, y esperan estrenar en otoño. Blanca de Balanzó, la responsable de comunicación del proyecto, opina que están construyendo un nuevo modelo de producción: “Antes de haber hecho la película hemos construido una audiencia fiel, emocionada con el proyecto. Y un núcleo duro de gente que decide ir un paso más allá y participar, convirtiéndose así en parte de la historia de la película. Al final, cuando hablan de ella, no hablan de una película más, sino de la suya. La sienten como propia y esa es la mejor publicidad que un cineasta puede soñar”.

El Cosmonauta es un proyecto que no se puede entender sin los Creative Commons, pues se nutre de la colaboración de la comunidad de internautas. Otras obras realizadas de manera más convencional han adoptado estos derechos a posteriori. Es el caso de Torno Subito, la primera película gratuita en HD, que parte de una reflexión muy original: ¿Qué significan los carteles de “volveré pronto” que se cuelgan en los negocios? Como Simone Damiani, Su director y guionista, confiesa: “Comencé a rodar pensando en distribuir la película online, fue después cuando me enteré de que existía esta genial herramienta que son los Creative Commons”.

Simone Damiani durante el rodaje de "Torno Subito" / Cortesía de Torno Subito

Tenía dos razones para lanzar gratuitamente su película: por un lado, deseaba alcanzar la máxima audiencia posible. Por otro, “nuestra historia es tan alocada que encontrar un productor habría sido realmente difícil”. Además, afima que, de todas formas, “el mercado italiano está en un estado prehistórico en cuanto al pago online se refiere”.

En las proyecciones “público-privadas”, los usuarios de internet organizan sus propios pases

Por otro lado, la productora alemana independiente Retsina-Film decidió relanzar bajo licencia Creative Commons sus dos primeras películas, Die Unsterblichen/The Inmortals y Ausgangssituation/Point of Departure, una vez habían intentado abrirse hueco en el circuito comercial tradicional. Matthias Merkle (a quien entrevistamos en este número), uno de los fundadores, explica por qué decidieron ofrecer de forma gratuita sus obras: “Si produces de forma independiente, sin la ayuda de fondos gubernamentales, grupos mediáticos o cadenas de televisión, la única gente que consigue dinero con tu trabajo son los distribuidores y, algo menos, los cines. Así que es mejor para ti y tu salud ofrecer gratis tu trabajo, y tener la esperanza de que algún día habrá forma de hacer viables tus proyectos”.

Pese a no contar con novedosos métodos de financiación como El Cosmonauta, el nuevo largo de los alemanes, EXODOS, apuesta por una original forma de distribuir, mostrar y promocionar la película: la proyección “público-privada”. Mediante este procedimiento, probado en An Island, la película sobre el grupo danés Efterklang, los internautas organizan y anuncian pases privados de la película, para luego publicarlas en la página de la misma. Fruto de la sesión, aportan fotos, opiniones y donaciones recaudadas in situ.

Merkle reconoce el potencial de este método de dar publicidad a la obra, pero también sus desventajas: “Uno de los problemas es que la gente tiene un poco de miedo, porque no conocen la película antes de planear su proyección. Pero no creo que sea un gran problema. Por ejemplo, cada vez que vas a un videoclub, te ocurre lo mismo. Y si al final no te gusta la película, no es el fin del mundo”.

http://revistaincinema.wordpress.com/2011/04/03/cine-gratuito-descargas/